No hay nada como la combinación adecuada de elementos que contrastan entre sí en armonía en un plato, especialmente en recetas vegetarianas o veganas. La propuesta que compartió Meera Sodha en The Guardian hace un tiempo se presentaba demasiado tentadora como para no probarla en casa por su mezcla de ingredientes y texturas, y resultó responder con creces a las expectativas.
La propia autora parte exponiendo el mantra de otro chef que aplica a sus sándwiches, ensaladas y platos vegetales: la exquisitez está garantizada al combinar los elementos básicos de caliente, frío, dulce, ácido, crujiente y tierno. Y así se puede describir este plato, que originalmente es una ensalada tibia en el que todo está mezclado, pero que nosotros hemos preferido separar un poco en casa.
Recomendamos aprovechar para asar calabaza en una buena cantidad con la cebolla morada, que podemos guardar en un táper en la nevera durante varios días, y hacer lo propio con la salsa y la guarnición. Nosotros en casa siempre apostamos por cocinar quinoa en el microondas, pues queda perfecta y se tarda entre poco y nada, y también puede guardarse por separado en la nevera un par de días.
Como es difícil encontrar remolachas crudas -con lo ricas que son cocinadas en casa-, no nos complicamos y compramos la hortaliza cocida y envasada al natural en sus propios jugos. para que la receta sea completamente vegana usamos un equivalente al yogur en versión vegetal, por ejemplo de soja natural, aunque por supuesto se puede usar cualquier otro, que sea espeso.
Precalentar el horno a 180º C con aire o 200º C con calor arriba y abajo. Pelar, despepitar y cortar la calabaza en gajos o cubos del tamaño de un bocado, no muy finos. Cortar las cebollas en plumas no muy finas y mezclar ambas hortalizas en una gran bandeja o fuente de horno engrasada o con papel antiadherente.
Añadir un buen chorro de aceite, salpimentar y, opcionalmente, aderezar con hierbas provenzales o tomillo seco al gusto. Remover bien y asar durante unos 40-45 minutos, removiendo de vez en cuando y comprobando que no se queman; deben quedan muy tiernas y algo caramelizadas.
Mientras, preparar la quinoa según las instrucciones del paquete o cocer en el microondas. Triturar con cuidado la remolacha troceada con el yogur hasta obtener un puré cremoso algo denso. Añadir un par de cucharadas de zumo de limón y un poco de sal, mezclar bien y corregir al gusto el punto, con algo de agua si estuviera muy espeso.
Mezclar las verduras asadas con perejil lavado y picado o en hojas enteras, zumo de limón y su ralladura, sal, pimienta y pipas de calabaza al gusto. Salpimentar ligeramente si hiciera falta y servir todo junto en platos o por separado en la mesa.
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Con qué acompañar la calabaza asada con cebolla, quinoa y salsa de yogur de remolacha
Este plato es una combinación saciante y más que satisfactoria para calmar el apetito de un almuerzo o cena sin necesidad de añadir nada más al menú, salvo quizá algo de pan casero o fruta de postre, sirviéndonos las cantidades que nos apetezcan de cada ingrediente según nuestro apetito. Si no somos veganos, un poco de queso de cabra o parmesano en lascas le iría muy bien, y también algún huevo escalfado o, para seguir con la tónica vegana, tofu a la plancha.
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