Es el dulce con el que todos nos hacemos al pasar por La Roda, en Albacete, ya sea en una ruta por La Mancha o en cualquier viaje a Levante desde el centro peninsular. Una delicia crujiente y golosa de hojaldre y crema pastelera que, a partir de ahora, disfrutaremos en casa en cualquier momento, porque es más fácil y rápido de elaborar de lo que parece.
Solo tendremos que preparar una crema pastelera, u otro relleno, como veremos más adelante. El resto lo hará la magia del hojaldre Buitoni en el horno. Veremos cómo crece y despliga sus 196 capas de finísima masa, con un resultado crujiente y delicado.
Receta fácil, casera, rápida y original de Miguelitos de crema
Ingredientes
- 1 masa de hojaldre rectangular Buitoni
- 250 ml de leche entera
- 1 rama de canela
- La cáscara de un limón
- 1 huevo y 1 yema
- 20 g de fécula de maíz
- 50 g de azúcar
- Azúcar glas para decorar
Tiempo de preparación
25 minutos
Tiempo de horneado
10 minutos
Dificultad
Fácil
Cómo elaborar los Miguelitos paso a paso
Comenzamos por la crema pastelera
Ponemos un poco de leche en un vaso, con medio vaso o incluso algo menos será suficiente, y lo reservamos. Calentamos en un cazo el resto de la leche, junto al palo de canela y varios trozos de piel de limón. En el momento en el que empiece a hervir, apartamos del fuego y dejamos infusionar hasta que se haya enfriado del todo.
Mientras, diluimos la fécula de maíz en la leche fría que teníamos reservada. Aparte, batimos el huevo y la yema junto con el azúcar hasta obtener una mezcla blanquecina y ligeramente espumosa.
Colamos la leche infusionada para retirar la canela y la cáscara del limón y volvemos a poner al fuego. Incorporamos también la leche con la fécula.
En cuanto rompa a hervir o esté a punto de hacerlo, apartamos del fuego y añadimos el huevo con el azúcar. Sin parar de remover, volvemos a poner al fuego, suave, pues no debe llegar a hervir en ningún momento. Si vemos que se calienta demasiado, podemos apartar unos segundos del calor, aunque, si mantenemos el fuego al mínimo, generalmente es suficiente. Seguimos removiendo hasta que la crema espese.
Enfriamos la crema
Ponemos la crema pastelera en un bol y la cubrimos con film de tal forma que toque la superficie de la crema. Así evitaremos que se forme costra. Si vamos a rellenar los Miguelitos con una manga pastelera, este es el momento de llevarla a la manga. La rellenamos con la boquilla colocada pero aún sin cortar el extremo, y la cerramos con un nudo por detrás. Dejamos enfriar, primero a temperatura ambiente y luego en la nevera.
Horneamos el hojaldre
Vamos precalentando el horno a 200 °C. Entretanto, desenrollamos el hojaldre sobre el papel que lo envuelve y lo colocamos encima de la bandeja del horno. Cortamos cuadrados de unos cuatro centímetros de lado. Lo importante es que todos sean iguales.
Cuando el horno haya alcanzado la temperatura, metemos la bandeja y horneamos el hojaldre durante unos 10 minutos, hasta que haya subido. Cada horno es un mundo y puede que requiera algún minuto más, quizá dos o tres.
Sacamos el hojaldre y lo dejamos enfriar sobre una rejilla.
Rellenamos con la crema y espolvoreamos con azúcar glas
Una vez que el hojaldre ya esté frío, abrimos cada cuadradito con un cuchillo de sierra por la mitad, igual que si fuéramos a preparar un bocadillo.
Rellenamos cada parte inferior de hojaldre con una cucharilla o con la manga pastelera y cerramos con la parte superior. Espolvoreamos azúcar glas por encima.
Algunos trucos para que nuestros Miguelitos queden como en La Roda
A diferencia de otras elaboraciones de hojaldre como tartas dulces o saladas, en este caso, lo que más nos interesa es que el hojaldre suba y coja volumen. Para ello, no debemos pinchar la masa bajo ningún concepto. Tenemos que manipularla lo menos posible y trabajar con ella bien fría. En este sentido, la masa de hojaldre Buitoni nos lo pone fácil, ya que es muy fácil de manejar y no se rompe, ofreciendo siempre una textura crujiente y delicada.
La colocamos sobre la bandeja del horno, también fría, y la metemos en el horno ya precalentado. A la hora de rellenarlos, la crema también ha de estar a baja temperatura.
Otro truco para una crema pastelera perfecta es tener cuidado al sacar la piel del limón para infusionar la leche. Es aconsejable coger solo la parte amarilla, donde se concentra su aroma, y evitar la blanca de la cáscara, que resulta amarga.
Algunas variantes sobre el original igual de deliciosas
La delicadeza de una mousse de chocolate
La textura de una mousse de chocolate no puede ir mejor con el hojaldre de los Miguelitos. Una delicia absolutamente irresistible. Para elaborar este relleno, lo primero que debemos hacer es derretir 100 gramos de chocolate negro al baño María o en el microondas.
Mientras se enfría un poco, separamos las yemas de las claras de 2 huevos y batimos bien las yemas. Mezclamos las yemas con el chocolate e integramos. Aparte, montamos las claras junto con una cucharada de azúcar a punto de nieve, bien firmes.
Mezclamos con cuidado la crema de chocolate y yemas con las claras montadas, haciendo movimientos envolventes y con mucho cuidado para que no se bajen. Metemos la mezcla en una manga pastelera y dejamos enfriar en la nevera hasta el momento de rellenar los Miguelitos.
Rellenos de nata
Una combinación sencilla pero infalible: hojaldre y nata montada. Te aseguramos que estos Miguelitos volarán en menos que canta un gallo. Merece la pena montar la nata al momento de servirlos. Es tan sencillo como mezclar 75 gramos de azúcar con 200 mililitros de nata con un mínimo del 35 % de materia grasa (es decir, nata para montar) que esté muy fría, y batir con unas varillas eléctricas.
Con crema de mascarpone
¿Qué tal si tendemos un puente entre Italia y La Mancha rellenando unos Miguelitos con la misma crema con la que se elabora el tiramisú? Elaborarla es muy sencillo. Separamos las claras de las yemas de tres huevos. Batimos las yemas junto con 125 gramos de azúcar glas hasta obtener una mezcla blanquecina y espumosa. Después, añadimos 250 gramos de queso mascarpone.
Por otro lado, montamos las claras a punto de nieve, bien firmes. Las añadimos a la mezcla de mascarpone y huevos, mezclando con mucha suavidad. Rellenamos una manga pastelera y enfriamos en la nevera.
Con qué acompañar los Miguelitos de la Roda
Una taza de café o té
Una bandeja llena de Miguelitos, una humeante taza de café con leche, o un delicado y aromático té jazmín aseguran una larga y amena sobremesa.
Vino dulce
El vino dulce marida a la perfección con los Miguelitos. Hay muchas opciones. Por ejemplo, un vino del Penedés elaborado con uva Malvasía o un clásico moscatel malagueño. Otra excelente alternativa es apostar por un txakoli de vendimia tardía elaborado con uva Hondarrabi Zuri Zerrate, cuya acidez nos invitará a repetir Miguelitos.
Si estamos de celebración, démonos un capricho con el delicado –y delicioso- vino húngaro Tokaj o con un Sauternes francés.
Origen e historia de los Miguelitos
A diferencia de otros postres tradicionales como las flores manchegas, los pestiños o las torrijas, la historia de los Miguelitos es relativamente reciente. Se remonta a los años 60 del pasado siglo. El pastelero rodense Manuel Blanco López los creó.
¿Por qué Miguelitos si su creador se llamaba Manuel? Sencillo. Miguel Ramírez, también rodense y gran amigo del pastelero, acudía a diario al obrador. Y desde que le dio a probar este dulce nuevo a base de hojaldre y crema, lo pedía a diario. Hasta que un día le preguntó: —¿Cómo lo vas a llamar? —Como tú, Miguelito —respondió.
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