La tentación del sol y playa en las Islas Canarias es demasiado fuerte como para resistirse a ella durante el invierno. Con los carnavales a la vuelta de la esquina, cualquiera de las islas es un destino igualmente privilegiado para disfrutar de unos días de calma —si es eso lo que buscamos— a 20 grados.
Lo que justo hoy recomendamos en uno de los pueblos más bonitos de la isla de Gran Canaria. Hablamos de Agaete, en la parte noroccidental de la isla, un auténtico vergel enclavado en un valle —el propio valle de Agaete—, que propicia que sea una de las zonas más fértiles de las Islas Canarias y donde, además, se da una curiosísima casualidad: es el único lugar de España —y de la Europa del Atlántico oriental— donde se produce café.
Mezcla de naturaleza salvaje, de cultivos bien adaptados y de una historia colonial impresionante, Agaete es un reducto donde tener todo al mismo tiempo. No se debe dejar de lado su conjunto urbano histórico, cuajado de casas blancas, que se van desplegando por las laderas de los barrancos y que también están salpicadas de grandes casonas indianas.
Qué ver y qué hacer en Agaete
Estas, de gran tamaño, suelen estar acompañadas de grandes patios, erigidas en el siglo XIX con el retorno de aquellos emigrados que hicieron fortuna en América. También destaca la portentosa Iglesia Matriz de Nuestra Señora de la Concepción, levantada también a finales del siglo XIX. A pesar de ser relativamente moderna, conserva el estilo constructivo de las iglesias canarias de siglos anteriores, cuajadas de paredes encaladas y de detalles de piedra volcánica.
También en el centro de Agaete conviene acercarse al Huerto de las Flores, un coqueto jardín botánico con más de 100 especies distintas que fueron trayendo los miembros de la familia De Armas, potentados de la isla que en sus viajes traían semillas y esquejes de América.
Extenso en su tamaño, Agaete también tiene una parte costera que se destapa en el Puerto de las Nieves, un pequeño pueblo marinero vestido de blancos y azules donde disfrutar además de sus playas y de los restaurantes, especialmente conocidos por el pescado, como en el restaurante Dedo de Dios o, si queremos una cocina algo más sencilla, en el Mesón del Bocadillo, al lado de la playa de las Nieves, que es uno de los grandes atractivos vacacionales de Agaete.
Sin embargo, seguramente lo más relevante de Agaete —y eso que hay cosas más que relevantes— sea la necrópolis de Maipés, unos restos arqueológicos con enterramientos de pobladores canarios de hace más de 1.000 años.
Más de 700 tumbas, construidas en piedra volcánica y con forma troncocónica, son el paisaje que se destapa en el Parque Arqueológico Maipés de Agaete, muy cerca del pinar de Tamadaba —que es Parque Natural y el pinar mejor conservado de las Islas Canarias— con algunas tumbas que incluso alcanzan los ocho metros de diámetro.
Imágenes | Hola Islas Canarias
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