Son casi 14.000 los kilómetros que separan Riad, la capital de Arabia Saudí, de la discretísima población de Salome, en Arizona. Sin embargo, tienen mucho más en común de lo que parece o, cuanto menos, una relación que ahora tiene visos de estallar.
La ironía, desierto mediante, es que tanto Arizona como Arabia Saudí son dos entidades que no se caracterizan por una abundancia de agua. Esto no evita, sin embargo, que Salome —y varios municipios de los alrededores— se hayan convertido en una especie de prado con el que alimentar al ganado vacuno que Arabia Saudí tiene.
De esta manera, son esos 14.000 kilómetros los que recorre la alfalfa que se cultiva en Arizona y que acabará nutriendo a la cabaña bovina en Oriente Medio. En la coyuntura, una empresa agrícola llamada Fondomonte Arizona LLC, filial de la macroempresa saudí Almarai Company, que adquirió tierras de cultivo en Arizona, además de contar con la cesión de varios terrenos públicos a precios irrisorios.
La razón: la sequía que golpea al estado de Arizona y el uso abusivo que hace Fondomonte de los acuíferos subterráneos de la zona para sembrar la alfalfa que después, ya seca y embalada, alimentará a las vacas saudís.
Alfalfa para vacas saudís regada con agua de Arizona
Según explica la CNN, ha sido la fiscal general del Estado Kris Mayes la que pretende poner coto a las actividades de Fondomonte en estas pequeñas comunidades rurales a unos 30 kilómetros al oeste de la ciudad de Phoenix, advirtiendo que "no va a parar hasta que estas cesiones sean canceladas o dejen de ser renovadas".
Mientras estas cesiones caducan, Mayes igualmente sigue en su cruzada a favor del agua y contra los intereses saudís en pueblos del condado de La Paz como Salome, Hope, Love o Vicksburg, donde se concentran la mayor parte de los cultivos de Fondomonte y donde se hace un uso masivo de la extracción de agua de los acuíferos.
Fondomonte extrae cerca de 11.000 litros de agua por minuto para regar su alfalfa
Calculan, en cifras que ofrece la CNN, en más de 3.000 galones de agua los que se extraen por minuto (algo más de 11.000 litros por minuto), una cifra infinitamente superior a lo que exigiría un consumo doméstico, que en este propio medio calculan como unos 325.000 galones anuales para tres casas de tamaño medio en Phoenix durante todo un año.
Por ello, el Departamento de Recursos Hídricos de Arizona ha tomado cartas en el asunto y revocó los permisos de extracción de Fondomonte, a pesar de haber sido aprobados en agosto de 2022. En cualquier caso, el gesto es más de cara a la galería, pues no existe una regulación de aguas subterráneas en las regiones rurales de Arizona, lo cual permite a cualquier agricultor o propietario bombear tanta agua como desee.
Un cambio de dirección desde la administración
El problema, tal y como se sigue desgranando de la información de CNN, es que el estado de Arizona —que ha cambiado recientemente de signo político—, convirtiendo en gobernadora a la demócrata Katie Hobbs, que prometió "tomar medidas para acabar con los gobiernos extranjeros que se lucran con el agua subterránea en Arizona".
El precio que Fondomonte paga por acre es de 25 dólares, cuando terrenos similares se pagan a 150 dólares
Una realidad que ha salpicado de lleno a la relación de Arizona con Fondomonte, donde además se ha descubierto que la cantidad que Fondomonte paga apenas 25 dólares por acre. Entre los volantazos, otra evidencia sobre el poder de los lobbys en Estados Unidos: la contratación por parte de Fondomonte del excongresista republicano por Arizona John Shadegg.
Un precio irrisorio, como explicaba el diario local Arizona Republic en una investigación de 2022, ya que se estima que el precio de mercado para ese tipo de terrenos es de 150 dólares por acre, teniendo en cuenta que se arrienda suelo y riego, algo que no está pagando Fondomonte por los más de 3.500 acres de terreno, lo que significan algo más de 2.400 hectáreas. Sumado a los otros 10.000 acres que la compañía posee en la zona, adquiridos en 2014 por 47,5 millones de dólares.
Sin embargo, como explicaba también Arizona Republic, el precio del agua que Fondomonte extrae anualmente podría valer entre tres y cuatro millones de dólares anuales y, sin embargo, apenas están pagando 86.000 dólares al año por las tierras que arriendan al Estado para el cultivo intensivo de alfalfa para su ganado, según el informe anual del Departamento de Tierras del Estado de Arizona.
El precio por debajo de mercado para Fondomonte
Lo que se desconoce, tal y como insistía Arizona Republic, es la cantidad total de agua que Fondomonte extrae anualmente, aunque apuntan a estimados —ofrecidos por el citado Departamento— de 18.000 acre-pie (una medida de volumen que supondría algo más de 22 millones de litros de agua anuales), que darían para abastecer a 54.000 viviendas y que, sin embargo, van a parar a enormes extensiones de alfalfa en mitad del desierto para que luego las vacas que Almarai tiene distribuidas en Oriente Medio puedan comer.
La cuestión, de la que también se ha hecho eco The Washington Post, es que son muchos los granjeros locales que ven con buenos ojos las actividades de Fondomonte, además de avalar que ha supuesto algo más de 200 puestos de trabajo —más decenas de temporeros filipinos y mexicanos durante la cosecha— en una zona con pocas salidas más allá del campo y, sobre todo, que topa con el derecho de cada propietario a hacer lo que considere oportuno con sus tierras.
También, como remarca este periódico, que la población rural de Arizona no tiene apenas que hacer frente a gastos públicos —como la educación o ciertos niveles de sanidad— debido al dinero que el Estado ingresa por arrendar tierras a los agricultores.
Todo esto mientras la zona vive la que se estima la peor sequía en 1.200 años y que supone que Fondomonte esquilme los recursos hídricos de esta región rural de Arizona extrayendo 17.000 acres-pie de agua al año que están alimentando a 14.000 kilómetros de distancia a las vacas de Almarai.
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