El truco de mi suegra para hacer la salsa bechamel más rápida y sin un solo grumo

¿Hay alguien a quien no le guste la salsa bechamel? Lo dudamos seriamente; es un manjar, auténtica cumbre de la cocina mundial que nos regala croquetas cremosas, suculentos canelones y lasañas, exquisitos gratinados, y mucho más. Pero si te da pereza hacerla o no te sale bien, hoy compartimos un trucazo que me enseñó mi suegra, y te aseguro que no falla. Siempre sale perfecta.

Me gusta llamar a la técnica "cocinada en frío", porque, aunque sí vamos a aplicar calor, partimos de todos los ingredientes tal cual salen de la nevera o de la despensa. Es tan simple como eso: echar todo en la sartén sin precalentarla, directamente, y cocer unos minutos suavemente sin dejar de remover. En pocos minutos estará lista, según el espesor que nos interese.

Te aseguro que es súper fácil y mucho más rápida, y a prueba de novatos y torpes. Si haces los pasos correctamente con las cantidades indicadas de ingredientes, lo difícil es que no te saliera bien. Adiós a los grumos en la bechamel para siempre.

Ingredientes

250 ml de leche entera o sin lactosa
1 cucharada colmada de harina de trigo
1 nuez de mantequilla (unos 10 g)
1 pizca de sal
1 nuez moscada
1 pizca de pimienta negra

Cómo hacer la salsa bechamel en frío

Partimos de todos los ingredientes medidos sin necesidad de sacar la leche o la mantequilla de la nevera para que se atemperen. Echamos los ingredientes sin encender la sartén y la ponemos al fuego.

Encendemos el fuego a potencia media-baja, y empezamos a remover con unas varillas manuales. Pasados unos cinco minutos seguimos removiendo suavemente, y continuamos hasta que espese a nuestro gusto.