Si hay algo que disfrutamos en invierno es la cantidad de citrícos de temporada que podemos encontrar en nuestros mercados, así que ¿por qué no utilizarlos para nuestros postres? Hoy os proponemos una deliciosa tartaleta de cítricos, una refrescante propuesta ideal para cerrar, por ejemplo, una comida especial si no nos apetecen postres muy contundentes.
Esta tartaleta, que es una versión de uno de los grandes chefs reposteros como lo es Yann Couvreur, consta de tres preparaciones. Por una parte una base de masa sucree, un delicioso cremoso y como broche refrescante, una mezcla de cítricos.
Nosotros os proponemos naranja y mandarina, pero os retamos a qué seáis más atrevidos y uséis pomelo, lima o incluso yuzu para salirse de la versión más clásica.
Comenzaremos preparando la base de masa sucrée. En un bol batimos la mantequilla a temperatura ambiente junto con el azúcar glas hasta obtener una crema. Añadimos la almendra molida, y el huevo. Removemos hasta integrar.
Tamizamos la harina encima de la preparación anterior, la incoorporamos con los dedos rápidamente y sin amasar demasiado tiempo. Formamos una bola, enfilmamos y dejamos reposar una hora en la nevera. Precalentar el horno a 170 grados centígrados.
Extendemos con un rodillo la masa hasta dejarla con un grosor de unos 2,5 mm de espesor. Engrasamos ligeramente un aro de pastelería cuadrado o redondo, forrando la base y los laterales con la masa sucree. Cocemos en horno durante 25 minutos o hasta que se vea la masa dorada.
Para elaborar el cremoso, ponemos en agua bien fría las hojas de gelatina a remojar durante 10 minutos. En un cazo mezclamos la nata y la leche y lo calentamos a fuego medio. Por otra parte en un bol mezclamos las yemas, el azúcar y batimos hasta que la mezcla blanquee. Le añadimos la leche caliente, justo antes de que llegue a hervir, poco a poco y sin dejar de remover. Pasamos de nuevo al cazo y cocinamos durante un minuto o hasta los 82 grados centígrados si tenemos un termómetro para medirlo.
Retiramos del fuego, le añadimos la gelatina escurrida y el agua de azahar, removemos o pasamos una batidora de mano para que el cremoso quede homogéneo. Añadimos el cremoso a la base, cortamos los cítricos en gajos o al vivo, sin que quede parte blanca y decoramos.
Con qué acompañar la tartaleta de cítricos
Esta tartaleta de cítricos es un gran postre por sí solo, y no necesita mucho acompañamiento. Podéis darle un toque final si os apetece que la fruta brille, pincelándola con mermelada de naranja amarga caliente o bien añadiendo a la fruta un toque final de brillo de gelatina o de tartas que podéis hacer casero o también encontrar en grandes superficies en la zona de repostería.
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