Si tienes invitados a comer y quieres preparar un postre que, además de ser muy llamativo, tenga un sabor exquisito, echa un vistazo a nuestra receta de hoy. Se trata de la tarta Massini, un pastel de origen catalán, muy similar aunque con ligeras diferencias a la conocida tarta San Marcos, y que nació a finales del siglo XIX en honor al tenor italiano Angelo Massini, el cual actuó con gran éxito en el Teatro del Liceo de Barcelona.
Tradicionalmente en Cataluña, la tarta Massini era el postre por excelencia que se servía en bodas y grandes celebraciones. Está formada por un bizcocho genovés muy ligero, que enmarca a un relleno de una capa de nata, otra de trufa y cubierto con yema tostada.
Las elaboraciones de esta tarta no son especialmente complicadas, aunque es recomendable para que no resulte tan laboriosa, hacer el bizcocho y la yema el día anterior ya así que las dos preparaciones estén bien frías para cuando tengamos que montar la tarta.
Comenzaremos haciendo la yema, para ello vertemos el agua en un cazo y añadimos el azúcar; cocemos sobre cinco minutos y retiramos del fuego. echamos las yemas en un cuenco y las mezclamos con la maicena. Volvemos a poner el cazo en el fuego, agregamos la preparación de yemas y maicena y cocemos, sin dejar de remover, hasta que espese ligeramente. Retiramos del fuego, dejamos enfriar removiendo la yema de vez en cuando.
Para hacer el bizcocho, separamos las claras de las yemas. Pasamos estas últimas a un cuenco, añadimos el azúcar y las batimos con unas varillas hasta que estén cremosas y blanquecinas.** Montamos las claras a punto de nieve** con varillas eléctricas, y las añadimos a la mezcla anterior, mezclando con movimientos envolventes para que no pierdan volumen. Añadimos la harina tamizada con la levadura y la sal, poco a poco integrándola suavemente.
Engrasamos con mantequilla un molde desmontable de 20 cm de diámetro y lo espolvoreamos con un poco de harina.
Vertemos la masa y horneamos el bizcocho durante unos 30 minutos en el horno precalentado a 180°. Cuando esté templado, lo desmoldamos sobre una rejilla y lo dejamos enfriar.
Ponemos la nata del relleno muy fría en un bol. Añadimos el azúcar poco a poco y la batimos con unas varillas eléctricas, hasta que esté bien firme. La dividimos en dos partes iguales y mezclamos una parte con el cacao puro. Removemos suavemente con una espátula hasta que tenga un color uniforme. Reservamos esta trufa y la nata montada en la nevera.
Para hacer el almíbar ligero cocemos 100 ml de agua con el azúcar glas. Después vertemos el brandy y proseguimos la cocción unos minutos más, hasta que se reduzca. Retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
Cortamos el bizcocho por la mitad, en horizontal. Forramos con papel sulfurizado una plato de servicio plano redondo, podemos ayudarnos de un aro de pastelería con una tira de acetato en su interior. Para ir montando la tarta comenzamos colocando un disco de bizcocho, lo pincelamos con parte del almíbar. Añadimos una capa de nata montada, reservando un poco para la decoración.
Congelamos por media hora la tarta para que no se mezclen las capas. Una vez que pase el tiempo echamos una capa de trufa y cubrimos con el otro disco de bizcocho, pincelándolo de nuevo con el almíbar.
Retiramos el aro y la tira de acetato que rodea la tarta. Repartimos la cobertura de yema por la superficie, alisándola con una espátula. Espolvoreamos con unas cucharadas de azúcar y quemamos ligeramente con un soplete de cocina.
Introduce en una manga pastelera con boquilla rizada la nata que habíamos reservado. Formamos unos rosetones en la superficie de la tarta.
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Con qué acompañar la tarta Massini
Os recomendamos acompañar la tarta Massini con un buen cava en cualquier celebración especial que tengáis. Es una tarta que suele gustar a todos, pero si lo van a tomar los peques de la casa, acordaros de no hacer el baño de almíbar con licor y sustituir esa cantidad simplemente por gau.
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