Si un día te cruzas con un paquete de tirabeques haciendo la compra y te lo llevas por casualidad, pero luego no sabes qué hacer con él, la solución es fácil: un salteado. Es la manera más sencilla y rápida de disfrutarlos en casa y dar un toque asiático a nuestros menús diarios, pues se cocinan además en muy poco tiempo.
Podríamos hacerlos al vapor, cocidos muy ligeramente o en el microondas, y emplearlos de guarnición como si fueran unas judías verdes o guisantes corrientes. Sin embargo, quedan estupendos salteándolos directamente, con sus buenos aderezos asiáticos y punto churruscado que los deja sabrosísimos, con un toque crujiente. La inspiración la hemos sacado del blog de Maggie Zhu.
Quien tenga un wok puede usarlo -debería-, pero con una sartén corriente quedarán también bien. Para improvisar una cena completa y rápida hemos recurrido a gambas congeladas de tamaño grande, ya que suelen reducir mucho su volumen al descongelarse. Con marisco fresco quedaría un plato de lujo, pero no siempre se puede planificar tanto la vida.
Descongelar las gambas según instrucciones del fabricante, secar bien y mezclar con dos cucharaditas de maizena, el Jerez y un puntito de sal. Lavar y secar los tirabeques, pelar un trozo de jengibre y cortar en juliana fina. Mezclar en otro cuenco la salsa de ostras, la de soja, el caldo y el vinagre.
Calentar un poco de aceite en una sartén amplia y saltear las gambas hasta que dejen de estar crudas. Retirar. Saltear el jengibre en la misma sartén hasta que suelte su aroma, con un poco más de aceite, e incorporar los tirabeques. Dejar cocinar a fuego medio-alto unos 30-50 segundos. Voltear y cocinar de la misma manera la otra cara.
Cuando ya estén algo blandos, reincorporar las gambas a la sartén y echar la salsa preparada, removiendo todo bien. Saltear el conjunto unos pocos minutos más hasta que los tirabeques estén al gusto, y servir con chile en copos, sésamo y cilantro picado.
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Con qué acompañar el salteado
Este plato tal cual es ya saciante y completo, sin ser pesado, aunque siempre podemos redondearlo con arroz basmati de guarnición para añadir un poco de hidratos de carbono, o también arroz integral. Para que cada comensal se sirva a su gusto, lo ideal es llevar a la mesa más chile en copos, cilantro y sésamo, que no todo el mundo tiene la misma tolerancia a estos sabores. Un chorrito de zumo de lima le va muy bien.
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