Desde siempre, me ha encantado esta receta de croquetas de bacalao de mi madre Cuando me explicó cómo las hacía, confieso que me llevé una pequeña desilusión, porque ¿cómo algo tan exquisito podía ser tan fácil de preparar?
Ahora he cogido el testigo y muchas veces las hago yo, pues a mis hijos les entusiasman tanto como a mí, pero es cierto que mi madre les sigue dando un punto especial que yo aún no he alcanzado. Son tan buenas que vale la pena preparar el doble de masa y congelarla.
Ingredientes para 6 personas
Empezamos pelando los ajos y picándolos. Pondremos aceite suficiente a calentar en una sartén grande y añadiremos los ajos para que se frían. Tenemos que ir con cuidado de que no se quemen, para que no amarguen el resultado final.
Añadimos el perejil y lo dejamos hacer ligeramente. Agregamos el bacalao y lo removemos todo mientras cuece a fuego medio. Si nos parece que es necesario, mejor bajar su intensidad para que no pegue el bacalao a la sartén.
Cuando el bacalao esté hecho, vamos añadiendo cucharadas de harina y removiendo, contad alrededor de unas 5 o 6, tiene que quedar una masa compacta. Por último, agregamos la leche y removemos hasta que la masa de croquetas se la beba completamente.
Dejamos enfriar bien la masa. En este punto puede congelarse, o guardarse en la nevera de un día para otro. Después, vamos haciendo las croquetas, las pasamos por harina, las freímos con abundante aceite caliente y las colocamos sobre papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.
Con qué acompañar las croquetas de bacalao
Lo mejor es probar esta receta de croquetas de bacalao de mi madre recién terminada, con las croquetas calientes, pero os aseguro que a nosotros nos gustan igualmente frías, por eso suelo preparar siempre el doble de cantidad. Acompañadas de una ensalada constituyen un plato completo estupendo.
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