Lavamos y secamos la berenjena. La laminamos con ayuda de una mandolina o, en su defecto, con un cuchillo bien afilado y de hoja larga. Procuramos que todas la láminas queden del mismo grosor. Las pincelamos con aceite de oliva virgen extra y las marcamos en una plancha bien caliente, un minuto por cada cara.

Mientras tanto lavamos y secamos los tomates y los cortamos en discos como de 1/2 centímetro de grosor. Nos quedamos con los centrales, los más grandes. Escurrimos la mozzarella fresca y también la laminamos. Lavamos y secamos la albahaca y separamos seis hojas.

Para formar los raviolis, tomamos dos láminas de berenjena y las colocamos, una sobre otra, en forma de cruz. En el centro ponemos un disco de tomate, una rodaja una hoja de albahaca y una rodaja de mozzarella. Doblamos los extremos de la berenjena hacia el centro, cerrando en forma de paquete.

Calentamos la salsa casera de tomate en una sartén amplia y colocamos los raviolis de berenjena encima. Salpimentamos al gusto. Tapamos y cocemos durante un par de minutos o hasta que hayan tomado temperatura y la mozzarella esté fundida. Servimos inmediatamente.