El guacamole es una salsa tradicional mexicana que siempre ha acompañado la mayoría de los platillos de nuestra mesa, es por eso que, cuando el presupuesto nos lo impide, lo echamos de menos en nuestras comidas, sin embargo, podemos preparar una versión muy similar que resulta ser más económica y con una consistencia cremosa que a todos en la familia les encantará.
Esta receta es un recurso muy común en los restaurantes y taquerías mexicanas para remplazar el aguacate, ya que este tipo de salsa ofrece el mismo sabor y la textura del aguacate, pero a un menor precio y sin que nadie lo llegue a notar, y el secreto para esto es utilizar calabacitas, una verdura de temporada más económica e igual de deliciosa.
Para preparar esta salsa, cocinamos dos calabacitas en trozos medianos y cuatro tomates verdes sin cáscara en una cacerola con agua muy caliente por cinco minutos o hasta que los vegetales estén blancos, escurrimos y enfriamos con agua fría para resevar.
En aceite, también muy caliente, feímos dos chiles serranos a fuego medio hasta que se comience a dorar de forma uniforme, aquí hay que estar al pendiente para que no se queme y también reservamos.
Licuamos las calabazas y el tomate cocido con 1/4 de cebolla finamente picada, un diente de ajo (también picado) y los chiles serranos fritos con aceite, agregando cilantro y una pizca de sal de grano hasta que se integren completamente con una consistencia semi-espesa.
Finalmente, servimos en un bowl pequeño para llevarlo a la mesa y que sirva como un dip para acompañar totopos de maíz o como una salsa para acompañar tacos, enchiladas o flautas y hacer más deliciosas tus recetas.
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