La séptima edición de Veratruf, la Feria de la Trufa de la localidad aragonesa de Vera de Moncayo, celebrada este fin de semana, ha vivido su momento álgido con la tradicional subasta pública del mayor ejemplar recogido en la región. La reñida puja ha vuelto a terminar coronando al restaurante El Molino de Berola como vencedor, desembolsando esta vez 5.700 euros por una trufa de 437,3 gramos.
Son 500 euros más por un ejemplar de Tuber melanosporum algo menor que el subastado el año pasado, cuando se pagaron 5.100 euros por una trufa negra de 587 gramos. Eso no ha frenado a Miguel Ángel Ibáñez, gerente de un establecimiento que no parece tener problemas en elevar la puja cada año, pues en 2022 le bastaron 2.000 euros para ganar la subasta.
Son cifras que reflejan lo reñido de la puja y el interés que despierta el evento en la región y la competencia entre diferentes profesionales por llevarse el codiciado ejemplar, que suele aportar grandes beneficios a los profesionales que se hacen con ella, por la calidad del mismo y por la publicidad que supone para sus negocios.
Esta trufa fue recogida en Lechón por Luis Herrera, encargado también de presentarla en la subasta. La ganadora de la categoría Aroma se ha vendido por 230 euros y ha sido comprada por Francisco Nasarre de Quesos Guara, mientras que la mejor trufa de la categoría Presencia, recolectada en Soria, ha llegado hasta los 240 euros de la mano de Sergio Pérez, de Vera de Moncayo.
En el Concurso Nacional de Perros Truferos de la Sierra del Moncayo, que ha contado con 20 participantes elegidos entre más de 60, se ha alzado como vencedor el equipo formado por Carlos Javier Diarte y su perra Laica, de Langa del Castillo, recibiendo un premio de 1.000 euros.
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Imágenes | Gabi Orte Chilindrón
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