Seguramente habréis oído hablar de las Patatas de Olot, una deliciosa receta de patatas rellenas que hoy os vamos a enseñar, incluyendo nuestro truco para que estas patatas te queden crujientes por fuera y cremosas por dentro.
La receta original es una creación del restaurante La Deu, en Olot, en la provincia de Girona. Tienen tal éxito, que solo por disfrutarlas ya merece la pena desplazarse a esta localidad. Su textura es inolvidable y con un relleno tan sabroso, resultan un aperitivo estupendo.
Para que podáis hacerlas en casa, os contamos la receta adaptada a las cantidades domésticas y os damos un truco para que podáis conseguir esa estupenda patata rellena que aúna sabor y cremosidad en el interior, con un crujiente maravilloso en la mordida.
Para hacer el relleno, cortamos la carne de aguja de ternera en tacos de tamaño mediano y hacemos lo mismo con la panceta de cerdo sin piel. En una cacerola ponemos dos cucharadas de aceite de oliva y añadimos la carne y la cebolla en juliana, y las pochamos ligeramente, salpimentando al gusto. Añadimos el tomate rallado y dejamos que todo se cocine durante cinco minutos. Después agregamos el vino tinto y el coñac y dejamos que el alcohol se evapore.
Incorporamos el caldo y dejamos que el conjunto cueza durante una hora aproximadamente hasta que la carne esté bien tierna. Con una batidora de mano trituramos sin dejar una textura demasiado fina para que se noten las hebras de carne. Reservamos en la nevera durante 24 horas para que los sabores se asienten.
Cortamos las patatas con una mandolina para que sean finas, de unos 3 milímetros aproximadamente. Las freímos a fuego muy lento por tandas hasta que se vuelvan manejables y las podamos moldear. Así conseguiremos que las patatas queden muy cremosas por dentro. Luego las terminaremos de hacer una vez rellenas.
Ponemos dos cucharadas de postre de nuestro relleno de carne sobre cada patata y la cubrimos con otra, apretando los bordes para que queden más o menos selladas. Pasamos las patatas por clara de huevo batida y las freímos en aceite de oliva abundante y muy caliente hasta que queden doradas. Así quedan muy crujientes por fuera.
Una vez doradas las patatas de Olot, las escurrimos en papel absorbente de cocina y las servimos acompañadas de ensalada, advirtiendo a los comensales que tengan cuidado con la temperatura, ya que guardan mucho el calor y podrían quemarse, si se las comen muy deprisa.
Con qué acompañar las patatas de Olot
Como las patatas de Olot vienen rellenas de una carne guisada, resultan perfectas tanto a la hora del aperitivo, o para utilizarlas como entrante. Yo os recomiendo acompañarlas de una ensalada y para beber, servir una copa de cava muy frío y así tenéis el disfrute asegurado. Y otra cosa importante: el relleno que os sobre, resulta perfecto para hacer canelones, empanada de carne, o para hacer la salsa de cualquier plato de pasta.
En Directo al Paladar | Patatas asadas extracrujientes con queso parmesano, guarnición navideña
En Directo al Paladar | Patatas mayordomo para guarnición