Tan sencillo como calentar un poco de nata líquida en un cacito al fuego es esta panna cotta con coulis de fresa, y es que literalmente este postre italiano quiere decir eso, "nata cocida". Así no creo que nadie se pueda resistir a preparar esta delicia sin horno e ideal, bien fresquita, para el verano como broche suave de cualquier comida.
En esta ocasión y aprovechando antes de que las fresas desaparezcan me he decidido a prepararlo con esta fruta, pues esta mezcla de ingredientes ya es un clásico con el que nunca se falla. Pero por supuesto que podéis agregarle la fruta de temporada que más os guste siguiendo las mismas indicaciones que os doy en la elaboración de la receta.
Comenzaremos remojando las hojas de gelatina en un vaso con agua fría, las dejamos durante quince minutos para que ablanden bien. Seguidamente lavamos y cortamos las fresas en trozos pequeños y las ponemos a cocer durante diez minutos con 60 g de azúcar, aplastándolas cada poco con un tenedor. Apartamos del fuego y reservamos.
En un cacito calentamos la nata con el azúcar restante (40 g) y la vaina de vainilla, cuando llegue a ebullición retiramos del fuego y le añadimos la gelatina bien escurrida y calentada durante cinco segundos en el microondas. Removemos para que se integre y no queden grumos. La colamos para una jarrita.
En los vasitos repartimos el coulis de fresa en el fondo de cada uno y vertemos por encima la panna cotta. Dejamos enfriar en la nevera durante cuatro horas como mínimo.
Con qué acompañar la panna cotta
La panna cotta con coulis de fresa al llevar esta especie de confitura en la base no necesita mucho más acompañamiento. Yo lo que suelo hacer para decorarla es retirar un poco antes una pequeña cantidad del coulis y lo paso por la batidora hasta que quede como un sirope de fresa que se lo añado a la superficie para que quede de un rojo más vistoso.
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