Es probable que esta sea la versión de palitos de queso más fácil y rápida que tenemos en nuestro haber. Y también la más saludable. Libre de rebozados y frituras, el queso se marca a la plancha, se pincela con miel y se espolvorea con semillas de sésamo. Punto.
Para ello es necesario un queso que resista el calor sin fundirse, como es el caso del halloumi. Un queso originario de Chipre de pasta semidura, fresco o curado y se elabora con leche de oveja, cabra, y en algunas versiones, generalmente industriales, leche de vaca.
Es una buena opción para barbacoas y otros platos calientes aptos para dietas vegetarianas. Además, al no tener un sabor especialmente potente, combina bien con muchos ingredientes. Las hierbas, el limón, la miel, las frutas y hortalizas frescas, entre otros productos, son buenas compañeras.
Cortamos el queso halloumi en diez piezas de un tamaño aproximado y con forma de lingote. Los ponemos en remojo con abundante agua y los dejamos reposar en la nevera 30-40 minutos. Con esto conseguiremos rebajar un poco el punto de sal que tiene este queso.
Secamos los palitos de halloumi con papel absorbente y los ensartamos en brochetas, aunque también los podemos dejar tal cual. Los marcamos en una parrilla bien caliente por todas sus caras. Después los pincelamos con miel y los espolvoreamos con semillas de sésamo. Servimos inmediatamente.
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Con qué acompañar los palitos de queso
Estos palitos de queso están buenos por sí solos, no necesitan más que de buena compañía (aunque es probable que te los quieras comer todos sin compartir) y una bebida de tu gusto. Una copa de vino rosado o tinto les va de maravilla. Volarán de la mesa.
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