Nerpio es un municipio de la Sierra del Segura, en Albacete: el pueblo situado más al sur de todo Castilla-La Mancha, pegando con Murcia y Jaén.
En su término municipal de 435 km2 hay 11 núcleos de población: el propio Nerpio y diez pedanías, en las que viven en total solo 1.191 personas. Hablamos de una densidad de población de menos de 3 habitantes por km2: menor que la de Australia.
“Estamos en todo el centro de la España vaciada”, bromea Pedro Martinez Jacobe, presidente de la Asociación para la Promoción de la Nuez de Nerpio, un colectivo que está tratando de poner en valor el que fue antaño el principal motor económico del pueblo. Gracias a su esfuerzo, la nuez acaba de obtener una Denominación de Origen Protegida, la máxima protección agroalimentaria que concede la Unión Europea. Pero un sello no es suficiente para recuperar un cultivo tan excepcional, como desconocido.
“Desde hace dos siglos había gente dedicándose a la nuez de forma profesional”, explica Martinez a DAP. Pero a partir de los años 80 mucha gente abandonó los nogales porque no eran rentables. Las últimas plantaciones son del principio del siglo XX. Cuando empezamos se plantaron como 1000 nogueras nuevas, pero necesitamos un relevo generacional. Los productores son muy mayores”.
En Nerpio hay más de 30.000 árboles, la mayoría de ellos centenarios, de hasta 400 años. Los nogales se introdujeron a partir del siglo XVII, provenientes, como en toda la península, de Turquía. Hoy son árboles gigantescos con cinco metros de cuerda y hasta 20 de altura.
En Nerpio se encuentra, de hecho, el nogal más alto de España, el afamado Plantón de Covacho que, lamentablemente, contrajo una enfermedad y se mantiene casi como un monumento, sin hojas ni, claro está, nueces.
Unas nueces de las que ya se habla en un anuario de comercio de 1882, primera referencia escrita oficial al producto que ha servido, entre otros muchos documentos, para declarar a las nueces de Nerpio Marca de Calidad Diferenciada y se espera, en un un futuro cercano, producto con Denominación de Origen.
¿Qué tienen de especial las nueces de Nerpio?
Como explica Martínez, la nuez de Nerpio, debido a que está bastante aislada, no se ha cruzado con otras especies, es autóctona. Su sabor es ligeramente más amargo que el de otras variedades, debido a su mayor contenido en taninos. Y esto hace, además, que su contenido en polifenoles –unas sustancias conocidas por sus propiedades saludables– sea hasta diez veces mayor que en otras nueces.
Pero lo más característico del fruto seco, explica Martínez, es la forma en que se trabaja: “La parte diferencial con las nueces es el tratamiento que se les hace. Se recogen a mano y no se fuerza el secado. Se seca a mano durante 20 días. La nuez se parte a mano. Porque la parte más importante de la nuez está en la piel del gajo y si la lavas o la secas a máquina pierde propiedades y se pone mala antes”.
En Nerpio, claro está, hay una gran cultura en torno a la nuez. Se hace incluso, vino de nueces, que se elabora en estas fechas con la nuez verde fermentada. Y su gastronomía está repleta de platos con nueces, que se usa en elaboraciones saladas, como guarnición o en forma de salsa, y en todo tipo de postres: hay pan de nueces, bizcocho de nueces, flan de nueces… “Se echa nuez a todo”, resumen Martínez.
La nuez, explica el presidente, se utiliza hasta como cosmético: “Si la chafas entre los dedos se crea como un aceite, esto no pasa con otras nueces. Y se usaba para los bebés, como crema, y para las heridas.”
En busca de un futuro
La asociación, en la que están involucrados la gran mayoría de los productores de nuez de la zona, busca que se pague un precio justo por el fruto seco. Aunque de momento se tiene que conformar, sencillamente, con no tener que tirar la producción a la basura.
“El precio en origen es un desastre”, explica el presidente. “En dos o tres años ha bajado un 40 % el precio. Cuando hubo la guerra comercial con China, EEUU invadió Europa con nuez de California a precio muy bajo. Estaba entrando a 1,20 € el kilo en Valencia. Contra eso no podemos competir”.
Las nueces de Nerpio son de mayor calidad, pero no son fáciles de recolectar. “El tipo de nuez que hacemos es muy laborioso, tiene mucho trabajo”, explica Martínez. “Son plantaciones muy antiguas, árboles muy grandes. Podar un árbol de esos cuesta muchísimo dinero si no le damos un valor añadido”.
La asociación está recibiendo el apoyo decidido del ayuntamiento y la junta para dar a conocer el producto, también a través del turismo. “En el último año hemos hecho dos rutas por los nogales centenarios, que discurren al lado del río”, explica Martínez. "La gente va a andar entre nogales”.
La asociación también ha impulsado la iniciativa “apadrina un nogal” por la que los propietarios de nogales que no se trabajan ceden estos a la asociación, que se encarga de podar y recoger las nueces. Todos los años, a finales de novimenre, se celebra además la Feria de la Nuez, cuyo punto álgido es el popular concurso de partir nueces.
Diversas iniciativas con un mismo objetivo: recuperar la nuez de Nerpio como activo económico. “Si no recuperamos la nuez se empezarán a cortar árboles que tienen 200 o 300 años”, concluye Martínez. Y esta bella población de Albacete continuará perdiendo población irremediablemente.
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