Los malakoffs son una suerte de buñuelos de queso típicos de Suiza muy fáciles de preparar y garantía de éxito. Para prepararlos no se necesitan ingredientes raros ni utensilios especiales, aunque por su apariencia puedas pensar lo contrario. Son de lo más elegantes ¿no crees?
Hace tiempo que los tenía fichados, pero -por unas cosas o por otras- no he podido ponerme con ellos hasta la fecha. Y solo puedo decir que me apena haber tardado tanto, ¡cuánto tiempo he perdido de disfrutar de esta delicia!
Crujientes por fuera y tiernos por dentro, los malakoffs recién hechos están para ponerles un piso. Podrían desbancar a las croquetas del podium de mis bocados favoritos. Me gustan por igual y estos tienen la ventaja de que se preparan en un santiamén. Son ideales para el aperitivo o para cuando apetece darse un capricho. No dejes de probarlos.
Cortamos cada una de las rebanadas de pan en cuatro discos, usando un cortapastas pequeño. Los reservamos. Guardamos las esquinas para usar en otras elaboraciones (si las secamos podemos hacer pan rallado casero).
En un bol mezclamos el queso, la harina de trigo, el diente de ajo rallado, el huevo batido, el vino blanco, el bicarbonato y la nuez moscada. Salpimentamos al gusto y removemos (o trabajamos la mezcla con las manos) hasta obtener una masa homogénea y espesa.
Repartimos esta mezcla sobre los discos de pan, procurando que quede bien extendida y compacta. Los freímos en una sartén con abundante aceite caliente, con la mezcla de queso hacia abajo. Los volteamos para que dore la cara del pan e, inmediatamente, los retiramos a un plato con papel absorbente. Servimos calientes y recién hechos.
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Con qué acompañar los malakoffs o buñuelos de queso
La versatilidad es una de las características principales de los malakoffs o buñuelos de queso. Se pueden servir como aperitivo, con una bebida fresquita, como parte de un bufé variado o un plato combinado con unas patatas fritas. Pero también pueden ser el entrante o plato principal de una comida y, acompañadas de una ensalada ligera, un plato único perfecto para el almuerzo o la cena.
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