Al igual que el filete de cerdo creado en Reino Unido, unos meses atrás la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos, reconoció el pollo cultivado en laboratorio como apto y seguro para el consumo humano. La carne creada en laboratorio (también conocida como carne sintética, in vitro o clean meat) es una realidad y ¿el futuro? En todo caso, está entre nosotros y son varias las empresas que apuestan por este nueva forma de producir alimentos.
La carne de laboratorio se refiere a la carne desarrollada a partir del cultivo de células animales y no mediante la cría y matanza tradicional de animales. No se trata de una imitación de la carne elaborada con otros ingredientes como las hamburguesas vegetales que se elaboran con proteínas vegetales, tal es como Impossible Foods, Beyond Meat o Heura de caso local. Tomando células de un animal y cultivándolas en un laboratorio, se alimentan con nutrientes y se multiplican hasta formar tejido muscular con el que se elaboran hamburguesas, nuggets o salchichas.
El resultado es un producto comestible que parece, se cocina y sabe cómo la carne animal, al ser biológicamente, de carne animal. La principal diferencia es que no es necesario matar a un animal para fabricarla, ya que inicia con una muestra mediante una biopsia. Sin embargo, actualmente los animales siguen participando en el proceso, en un número muy reducido. Por esto, no es una alternativa vegetariana ni vegana ... más no, tiene un menor grado de crueldad y es más respetuoso con el medio ambiente que la agricultura industrial.
Hecha la aclaración, actualmente las grandes empresas de tecnología y alimentación apuestan por esta forma de producción por sus virtudes. En un estudio publicado en la revista Frontiers in Sustainable Food Systems, la Universidad de Oxford, concluyó: la carne creada de esta manear, usa hasta un 45% menos de energía, gasta entre un 82% y un 96% menos de agua y emite hasta un 96% menos de gases de efecto invernadero.
Asimismo, en el terreno económico, se puede producir hasta 50.000 toneladas de carne a partir de diez células musculares de tejido animal. Superando ampliamente la capacidad de producción ganadera tradicional. Se contempla además, en tanto la salud, contribuye a reducir la incidencia de zoonosis, así como la ingesta de sustancias perjudiciales para la salud asociadas a métodos convencionales de producción animal, como los pesticidas e intoxicación de antibióticos. Por último, boga por el bienestar animal, dado que son necesarios muchos menos animales para producir la misma cantidad de carne.
Desde 2015, compañías como Upside Foods, Finless Foods o BlueNalu en Estados Unidos, Aleph Farms o Future Meat Technologies en Israel, Integriculture en Japón y Mosa Meat en Holanda, han invertido hasta cerca de 20 millones de dólares cada una en el desarrollo de carne cultivada de res, pollo y pescado.
En el mercado local, se posiciona el caso vasco BioTech Foods en el desarrollo de productos cárnicos cultivados. Con proyectos de 35 millones de euros, han comenzado la construcción de lo que será la planta de carne cultivada más grande del sur de Europa. Ubicado en Eskusaitzeta, conocido como el polígono industrial de San Sebastián (Gipuzkoa), el establecimiento reunirá toda la actividad comercial de la empresa además de un laboratorio de I+D, para mayor investigación y experimentación.
"Se espera que este mercado experimente un gran crecimiento en la próxima década, y las fuentes indican que para 2032, el 12 % de la proteína consumida en el mundo provendrá de este tipo de sistema de producción de alimentos más equilibrado", asegura el CEO de BioTech Foods, Íñigo Charola en una entrevista con El Español. No obstante, existe un limite a la euforia actual; en la forma de leyes burocráticas y aprobaciones sanitarias. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aún no ha aprobado la comercialización de los ejemplares. Por lo tanto, mientras las autoridades políticas no den pasos de cara a su legalización, en Europa no es posible vender la carne de laboratorio (por el momento).
En definitiva, nos dirigimos hacia un escenario, dónde la producción de proteínas alternativas como la carne cultivada forma parte del sector pujante de la tecnología alimentaria. Un viraje productivo que busca contribuir y abastecer la demanda de los 8.0 billones (2023) de humanos que habitan el planeta, y por los que vendrán.
Imagen | Foto 1: anyaivanova, Foto 2: BioTech Foods, Foto 3: Dimitrios Karamitros
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