Aunque los guisos tradicionales como el estofado de ternera siguen siendo imbatibles, los nuevos electrodomésticos nos permiten ahorrar muchísimo tiempo en la cocina y, por ende, comer mejor a diario. Y cada vez con mejores resultados.
Las nuevas ollas programables, como la Instant Pot o la Olla GM (por citar algunos de los modelos más conocidos en Esaña), no dejan de suplir las funciones de una olla rápida convencional, pero con las ventajas que tiene un control más preciso de temperaturas, presiones y tiempos. Una capacidad que usamos a nuestro favor en este sencillo estofado, que queda casi igual de bueno que habiéndolo cocinado durante horas en una cazuela convencional.
Esta receta se puede hacer en cualquier olla programable, pues todas tienen funciones de salteado y presión, y los tiempos no varían.
En un bol mezcla la harina con el pimentón dulce, el tomillo, una cayena molida (u otro chile molido), y sal y pimienta al gusto. Remueve bien la mezcla y embardurna con ella los trozos de carne para estofar. Reserva.
En otro recipiente, coloca la zanahoria pelada y cortada en rodajas, y la cebolla y el ajo bien picados.
Una vez tienes preparado todo, enciende la olla en función "saltear" con un poco de aceite de oliva. Cuando alcance la temperatura, vierte la carne. Remueve bien para que se dore por todos los lados, lo que te llevará unos 5 minutos. Extrae la carne, resérvala, echa un poco más de aceite, y añade las verduras. Sofríelas bien durante cinto minutos. Mientras, pela y corta las patatas en trozos de un bocado.
Cuando esté listo el sofrito añade las patatas y la carne. Mezcla todo bien y añade el vino, el caldo y una cucharada de tomate concentrado. Calienta unos minutos la mezcla para que se evapore el alcoho y, cuando esté hirviendo, tapa la olla, cierra la válvula, y programa la función "presión" durante 25 minutos. Pasado este tiempo el guiso estará en su punto perfecto.
Con qué acompañar el estofado de ternera
Como cualquier otro estofado, el acompañamiento ideal son unas buenas patatas fritas o un arroz blanco. Tampoco debe faltar pan para mojar la rica (y espesa) salsa. Para beber, nada mejor que un vino tinto, si es bueno, el mismo que ha usado para hacer la receta.
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