Las lasañas refrigeradas de supermercado son una gran solución para cuando uno no quiere cocinar y necesita un merecido break, pero tiene hambre como para parar un tren. No obstante, este tipo de platos en base a la clásica propuesta italiana no siempre son acertados por sus características de elaboración.
Cuando el consumo de platos preparados de supermercado está sustituyendo poco a poco al del tradicional tupper que se trae a la oficina, los platos precocinados deben ser más saludables que nunca.
No es difícil encontrar lasañas en el lineal de refrigerados por menos de tres euros, y la cuestión es si desde un punto de vista nutricional resultan una comida completa y saludable.
Ahora, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado una decena de lasañas refrigeradas de supermercado y sus conclusiones son claras: hay grandes diferencias de precio y de calidad, aunque todas tienen en común cierto exceso de sal y, sobre todo, grasas saturadas.
Por ello, la entidad ha pedido a los fabricantes una reformulación para limitar estos aportes, y que los productos procesados que se colocan en los lineales sean menos salados y, especialmente, que tengan menos grasas de este tipo.
El análisis de la OCU revela importantes diferencias entre las lasañas analizadas. Frente a productos de buena calidad, elaborados con ingredientes como los que se usan en casa, bien cocinados y ricos, hay otros muy mediocres, con ingredientes industriales y muchos aditivos (como emulsionantes, conservantes, acidificantes, colorantes y agentes de textura).
No obstante, todos tienen en común el exceso de dos potenciadores naturales del sabor, como son la sal y el azúcar: 3,3 y 10,6 gramos de media por ración, respectivamente; además de una elevada presencia de grasas saturadas, pese a que solo una lasaña emplea mantequilla para la elaboración de la bechamel.
Top tres
Entre las 10 lasañas analizadas destacan tres, sobre todo en degustación: las de Hacendado, Dunany y El Corte Inglés, elaboradas con salsa boloñesa. La Lasaña boloñesa de Hacendado tiene un precio: 2,65 euros por envase de 350 gramos. A favor tiene, según la entidad de consumidores, que es la única lasaña sin aditivos. Además, tiene muy buena valoración en la degustación. En contra tiene el hecho de que la cantidad de sal podría ser menor.
La Lasaña boloñesa Dunany cuesta 2,75 euros cada envase de 350 gramos, y tiene a favor el hecho de que es la única lasaña que emplea mantequilla. Saca muy buena valoración en degustación, y en ser un buen procesado. En contra se le imputa que cuenta con bastante sal y aditivos.
En cuanto a la lasaña de El Corte Inglés, su precio es de 2,97 euros el envase de 400 gramos. A favor tiene la mejor nota en degustación, así como que su grado de procesado es aceptable. En contra, la presencia de demasiados aditivos, y que la cantidad de sal podría ser menor.
Ahora bien, aun priorizando las mejores lasañas del análisis, OCU apunta que no son platos demasiado equilibrados, por lo que deberían consumirse solo de vez en cuando, combinándolas con algo de fruta y verdura. Y recuerda, que, una vez calentados, los restos no deberían guardarse más de dos días.
Foto | Wirestock/Freepik
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