Siendo La Candelaria y con los carnavales a la vuelta de la esquina, se nos despierta de nuevo el gusanillo por las crêpes, también las filloas y los asturianos frixuelos. Pero antes de entregarnos a don Carnal hay que pensar en los ágapes del finde, y para eso viajamos hasta Rumanía, donde su propia versión da varias vueltas a la original francesa.
Y lo de que le da vueltas podemos afirmar que es casi literalmente, porque son crêpes enrollados que además llevan un suculento relleno salado. Y encima se rebozan en un empanado suave antes de freírlas. Obviamente, semejante combinación tenía que salir bien.
El resultado de la receta de braşovence o crêpes rellenas de Rumanía es un bocado suculento y muy original, con un exterior crujiente que guarda la suave textura de la crêpe antes de liberar el jugoso relleno. Una mezcla de texturas y contrastes fabulosa que encima se puede mejorar más aún con una variedad de salsas al gusto, como una bechamel suave, alguna salsa de tomate o una ligera salsa de yogur. Pero solas ya están riquísimas.
El relleno puede ser vegetal o podemos agregar algo de jamón cocido, unas gambas, atún, jamón serrano en taquitos, carne picada... con sobras de una boloñesa quedarían de lujo, o añadiendo queso.
Si se hacen en compañía es casi un juego divertido estupendo para compartir en casa, entretenidas pero muy sencillas de preparar. Y se devoran aún más rápido.
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