Esta receta de arroz es tan fácil como veraniega

Aunque comemos arroz todo el año, es en verano cuando más apetece prepararlo por lo fácil que resulta. Y aunque no hay nada como una buena paella valenciana o un clásico arroz a la cubana, en ocasiones queremos algún plato más ligero.

Si estás buscando una alternativa, nada como un risotto al limón, un clásico de la cocina italiana, tan sencillo de preparar como refrescante. El secreto de su éxito reside en el contraste de sabores y en su textura cremosa, indispensable en los risotto.

Esta receta tiene la esencia de un risotto blanco, pero con un giro cítrico que nos tiene encantados. Comienza con un sofrito de cebolla en mantequilla, luego se añade el arroz y se tuesta hasta que cambia de color, se añade la ralladura de limón y ahí empieza la magia. Se van añadiendo poco a poco una mezcla de caldo de pollo, vino blanco y el zumo de limón. La clave es la paciencia, permitiendo que el arroz absorba cada taza de líquido antes de añadir la siguiente.

Para finalizar, se añade más mantequilla, queso parmesano y se espolvorea con perejil picado: el tradicional mantecado. ¿Cómo resistirse?

En términos nutricionales, este risotto puede no ser la opción más ligera, pero sí es muy equilibrado. El arroz aporta hidratos de carbono que nos darán energía, el queso y la mantequilla aportan proteínas y grasas necesarias para el organismo, y el limón nos proporciona vitamina C y antioxidantes. Además, el perejil fresco añade un toque extra de vitaminas y minerales.

En la cocina, siempre es buena idea jugar con los ingredientes y adaptarlos a nuestros gustos. Si no sois muy fan del sabor cítrico, podéis reducir la cantidad de limón. ¿O qué tal añadir un poco de ajo al sofrito para darle un toque más robusto? Incluso podríais añadir unas tiras de pollo o unos champiñones salteados para convertirlo en un plato aún más completo. Y el perejil se puede cambiar sin problemas por menta o albahaca, que van a dar otro toque al plato.