En esos días entre fiestas o de volver a rutinas en los que no tenemos muy claro cómo organizar las comidas de casa, un pastel salado es siempre una opción ganadora. Las tartas saladas, más allá de las quiches, suelen triunfar a cualquier hora tanto en frío como caliente, y no hay que complicarse mucho con los rellenos.
Un gran ejemplo de ello es la banitsa tradicional de Bulgaria, un pastel con forma de espiral elaborado mediante rollitos de crujiente masa filo que albergan un cremoso y sabrosísimo relleno de yogur y queso.
De textura fina y suave, delicada pero con este toque tan crujiente de esta elástica masa mediterránea, la banitsa es un plato icónico nacional búlgaro que suele prepararse en ocasiones especiales, muy común en Año Nuevo para traer buena suerte y que incluso se engalana a veces con una pequeña sorpresa en su interior, como nuestro roscón.
La versión que más nos gusta es de las más sencillas, con un relleno de yogur y queso feta combinado con huevos. Si encuentras yogur búlgaro de leche de oveja y el queso típico sirene, mucho mejor, pero con los ingredientes que nosotros usamos queda también estupendo y son fáciles de encontrar en cualquier supermercado.
Es ideal para compartir en la cena o en un almuerzo informal con alguna ensalada de acompañamiento, un bocado sabroso y saciante sin ser pesado, y que no requiere mucho tiempo.
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