Servido frío, el gazpacho es una comida saludable y refrescante, que se siente como una ensalada, lo que la hace especialmente ideal para cenar en las calurosas noches de verano. Considerado uno de los platos más típicos de la cocina española, tiene la ventaja de ser fácil de hacer en cantidad y guardar en la nevera para tener siempre una cena rápida y lista.
De fácil digestión, el gazpacho de zanahoria es diferente y tendrá un extra de betacarotenos gracias a la raíz naranja. Gracias a que tiene un alto contenido de agua, lo hace especial para sentirse lleno a pesar de que es bajo en calorías.
Como verán, la receta es sencilla y lleva pocos ingredientes. Al ser de zanahoria y tomate, celebra la frescura de las verduras, además del pimiento verde, el toque de ajo y la riqueza del aceite de oliva.
Al igual que los guisos, el gazpacho generalmente necesita tiempo para que los ingredientes se integren e intensifiquen. Por esto, ¡lo mejor es hacerlo con anticipación! Será mejor después de que se haya enfriado al menos un par de horas y sabe aún mejor al día siguiente. Si hay restos, el gazpacho puede mantenerse fresco en la nevera, en un recipiente hermético durante 2 a 3 días.
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Mi forma favorita de servir gazpacho es con una rebanada tostada de pan de masa madre seguido de una ensalada, hasta verduras a la parrilla y sándwiches ligeros. El gazpacho combina con todo.
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