Las mujeres embarazadas que siguen una alimentación vegana durante el embarazo, sin el consumo de ningún producto de origen animal, podrían tener un riesgo mayor de desarrollar preeclampsia y de dar a luz a recién nacidos con bajo peso. Son las conclusiones que extrae un reciente estudio desarrollado por investigadores daneses publicado en Acta Obstetricia et Gynecologica Scandinavica.
El trabajo, titulado 'Adherence to different forms of plant-based diets and pregnancy outcomes in the Danish National Birth Cohort: A prospective observational study' ('Adherencia a diferentes formas de dietas basadas en plantas y resultados del embarazo en la Cohorte Nacional Danesa de Nacimientos') compara los efectos que tienen distintos patrones alimentarios en la salud de las embarazadas y los recién nacidos tras el parto, así como el propio desarrollo del embarazo.
En el estudio, liderado por la investigadora danesa Signe Hedegaard, se han comparado datos de más de 65.000 mujeres, dividiéndolas entre aquellas que siguen una dieta omnívora, vegetariana en cualquiera de sus modalidades (consumiendo huevos y/o lácteos en su caso) y vegana estricta, sin ningún alimento de origen animal.
Los resultados muestran que los bebés nacidos con un peso inferior procedían de embarazos en los que las madres habían consumido una menor cantidad de proteínas animales, siendo la diferencia más notable en las veganas. Las únicas mujeres embarazadas que desarrollaron preeclampsia eran veganas estrictas.
Aunque este trabajo abre una línea de investigación válida, por la importancia que tiene seguir una dieta equilibrada y segura durante el embarazo, las limitaciones del estudio hacen difícil sacar conclusiones sólidas válidas.
Así opina Duane Mellor, dietista registrado y profesor sénior de la facultad de Medicina de Aston, Universidad de Aston (Reino Unido), en una reacción de expertos publicada por el Science Media Centre UK y difundida en nuestro país por el SMC España.
Mellor considera acertada el gran número de muestras de mujeres recogidas, pero critica la escasa representación de aquellas que se declararon como veganas, apenas 18 frente a más de 65.000 omnívoras y más de 800 vegetarianas.
Ante una muestra tan pequeña, declara que “existe riesgo de error estadístico y eso podría explicar las tasas más altas de preeclampsia informadas en veganos. Dado que solo hubo dos mujeres que presentaron preeclampsia y eran veganas, podría deberse a la variabilidad y al azar”.
En concreto, el estudio observacional pretendía considerar especialmente la ingesta de proteínas como factor mediador en la salud de embarazadas y recién nacidos, pero Mellor considera muy difícil interpretar el significado de los datos partiendo de una muestra tan reducida de mujeres veganas.
El experto reconoce que puede ser más difícil mantener una alimentación nutricionalmente completa en el embarazo si se sigue una dieta vegana, por el riesgo de una menor ingesta de hierro, yodo y vitaminas B12 y D, pero también considera que es perfectamente viable si se planifica bien para que sea variada y equilibrada, como en cualquier patrón alimentario.
También considera válida la posibilidad de tomar suplementos nutricionales en caso de que así lo recomienden los profesionales sanitarios. “Si una dieta es equilibrada e incluye los nutrientes necesarios, incluyendo proteínas, vitaminas y minerales, el tipo de dieta no es tan importante”, concluye.
Mamá come sano: Alimentación saludable en el embarazo y la lactancia (Clave)
Imágenes | Freepik/pvproductions - gpointstudio
Ver 0 comentarios