Cuando Cantabria publicitó su turismo con aquella frase de 'Cantabria infinita' no se equivocaban. A pesar del pequeño espacio que la comunidad autónoma cántabra ocupa, su diversidad y variedad de paisajes, pueblos, ciudades y panorámicas sorprende a cualquiera que la visita.
Lo saben bien los cántabros, capaces en unos pocos minutos de pasar de villas marineras a pie de playa hasta algunas de las más grandes alturas de los Picos de Europa. Todo ello tampoco sin dejar de lado algunos de los valles más impresionantes del norte de España, como es el que hoy nos ocupa: el valle del río Besaya.
De corto recorrido, pero muy caudaloso, el Besaya atraviesa uno de los pueblos más encantadores de toda Cantabria: Cartes. Muy cerca de Torrelavega, Cartes es un discreto pueblo con un casco histórico que parece detenido en el tiempo, cargado de un ambiente acogedor y de calles adoquinadas que invitan a pasear en cualquier época del año.
Interior donde los haya, Cartes se sitúa en la comarca de Besaya —bautizada así por el río—, donde ha tenido un paso más que relevante en la historia de la región como sucede con el Torreón de Cartes, una casona fortificada erigida en la calle principal del pueblo y que data de la Edad Media.
Con un casco urbano declarado como Conjunto Histórico en 1985, Cartes sorprende a los visitantes con un encanto de pueblo detenido en el tiempo, donde incluso encontramos vestigios de arte románico como sucede con la Iglesia de Yermo, levantada en el siglo XIII y uno de los remanentes de la arquitectura románica mejor conservados de Cantabria.
No menos relevante es la presencia de una otrora potente industria molinera en Cartes, pues el municipio conserva ocho molinos harineros que son testigos mudos de la relevancia de Cartes en el sector harinero.
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Vital por ser lugar de paso, Cartes también es relevante desde épocas remotas, pues aquí estaba la calzada romana que conectaba Suances con Santander, si bien la localidad perdería potencia a partir de la Alta Edad Media, durante la conquista musulmana. Ya en período de la Reconquista, Cartes cobraría de nuevo vigor con la repoblación de Alfonso I.
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