Mis primeros contactos con el curry fueron a través del manga y anime japonés. Aún no me había picado el gusanillo de la cocina pero sí recuerdo ver a mis personajes favoritos devorar a menudo cuencos humeantes de una especie de guiso. Hoy me encanta preparar platos como este curry japonés de ternera y calabaza con manzana, reconfortante y muy sencillo.
El curry llegó a Japón en el siglo XIX de la mano de los británicos pero se hizo realmente popular ya entrado el siglo XX. Suele ser un guisote espeso, muy rico en verduras, dulzón y poco picante, que se suele preparar con pastillas o sobres especiales para crear la salsa. Es ideal para servir con arroz o incluso un arroz al curry, y sienta de maravilla en días fríos.
Cortar la ternera en tacos de un bocado, retirando el posible exceso de grasa, y salpimentar. Picar la cebolleta, el ajo y el jengibre, por separado. Pelar y rallar la manzana, regándola con el zumo de limón.
Calentar un poco de aceite de oliva en una olla o cazuela amplia. Cocinar a temperatura media-alta, removiendo de vez en cuando, hasta dorar bien la carne por todos lados, durante unos 8 minutos. Añadir la cebolla y la manzana, removiendo bien. Cocinar todo unos 10 minutos, vigilando que no se pegue al fondo.
Incorporar el ajo, el jengibre y el mirin o vino blanco. Cuando se evapore el alcohol, agregar la miel, las especias y la salsa de soja. Dar un par de vueltas y cubrir con el caldo. Llevar a ebullición, bajar el fuego y tapar. Cocinar unos 25-30 minutos.
Cortar mientras tanto el resto de verduras en tacos, dejando la calabaza en piezas irregulares para que algunas se deshagan más y otras menos. Echar a la olla, añadir más caldo si fuera necesario y cocinar unos 20-30 minutos más, hasta que las verduras estén tiernas.
Con qué acompañar el curry japonés
Como comentaba, este curry japonés de ternera "pide" una guarnición de arroz blanco para empaparlo bien de la salsa, que habrá quedado espesa y melosa. Podemos añadir perejil o cilantro fresco al gusto para darle un toque fresco, y la receta original que he adaptado propone también una raita de yogur. Es un plato completísimo, muy reconfortante y nutritivo, que podemos tomar sin guarnición pero con un buen pedazo de pan al lado. La salsa no se puede quedar en el plato.
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