Desde hace unos días, está resultando complicado conseguir llevarse una bolsa de cubitos de hielo de algunos supermercados y gasolineras. Es algo inédito en nuestro país, donde no debería ser ninguna sorpresa que la demanda de este producto se incremente durante los meses de verano.
Son varias las causas que, según algunos fabricantes de hielo, justifican esta escasez que está empezando a acaparar titulares y que podría llegar a ser un problema realmente grave en caso de que no se pudiera suministrar este producto tan básico en festivales y eventos veraniegos de todo tipo.
Fuentes del sector nos han confirmado que "se está registrando un incremento importante de la demanda debido al factor climatológico" y concretan que "el problema no se está centrando solo en zonas turísticas, sino que es bastante generalizado". Algo que están intentando subsanar como pueden: "Se está reponiendo el hielo, en algunos casos con rapidez, y, en otros, en plazos aproximados de 24 horas". Estas mismas fuentes señalan que esta demanda excepcional ha provocado que, en algunos casos, se haya limitado de manera excepcional la venta de unidades de bolsas de hielo para garantizar el stock" (referencia a la Ley de Ordenación del Comercio Minorista).
Estas informaciones nos llevan a contactar con José Luis Yzuel, presidente de Hostelería de España, ya que el sector al que representa debería ser uno de los más afectados por este desabastecimiento. Él mismo nos confiesa que desconoce las causas: "Me enteré de que esto estaba pensando mientras hacía la compra en el súper, donde me dijeron que ese día no les habían traído y que esperaban recibirlo al día siguiente. Así fue como me di cuenta de que estaba pasando algo".
Hay empresas que apuntan a los costes de producción (debido al precio de la luz y la inflación), a la alta demanda (un 30% más que otros años) del producto que se está dando esté año como consecuencia de las altísimas temperaturas,... Pero lo cierto es que se desconoce el motivo real que está provocando esta situación sin precedentes. Lo que lleva a Yzuel a mostrarse algo escéptico: "Hay algo que no nos han contado, no sabemos si la escasez de hielo se debe a que han dejado de fabricarlo o a que la demanda es mucho mayor,... porque esta no es la primera ola de calor que se vive en España".
Una de esas empresas, de la que es propietario Sergio del Moral, es la madrileña Tele Hielo. Allí tienen claro que el precio de la luz es el culpable de haber llegado a esta encrucijada: "Como no se ha podido llegar a una estabilización de los costes para poder vender el hielo a un precio de mercado habitual, las fábricas pararon la producción, y es ahora, en verano, cuando se está notando. La previsión es que en agosto no haya hielo", ha señalado el dueño para 20 Minutos.
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En cualquier caso, la realidad es que muchas empresas de fabricación y distribución de hielo no están pudiendo hacer frente a los pedidos y existe cierta incertidumbre con respecto a cómo se irá desarrollando todo: "No sé a qué niveles de desabastecimiento llegaremos en el retail u otros sectores, pero el hostelero que necesite cubitos de hielo seguro que lo tiene resuelto porque tendrá un contrato donde esté todo pactado", señala el presidente de Hostelería de España.
Y remata: "Lo que está claro es que la escasez va siempre unida a la subida de los precios, y esto lo van a notar especialmente en las peñas y en las fiestas de todo tipo que se llevan a cabo en estas fechas". Así que estaremos pendientes en los próximos días para ver cómo evoluciona este tema que, aunque no se trata de un artículo de primera necesidad, sí que inquieta a más de uno. Algo comprensible si tenemos en cuenta el contexto: es el verano más caluroso de la historia en 25 provincias españolas, según ha señalado elDiario.es.
Sin ir más lejos, se acaba de confirmar que está en riesgo el abastecimiento en la Feria de Málaga, una de las más celebradas en estas fechas a nivel nacional. Y todo apunta a que el encarecimiento de la electricidad ha sido lo que ha provocado que no se pudiera almacenar hielo en invierno, por lo que las fábricas trabajan ahora a contrarreloj para salvar las fiestas.
