Como sabemos todos gracias a la famosa película protagonizada por Bill Murray, el 2 de febrero se celebra el Día de Marmota. Festividad tradicional de determinadas partes de Estados Unidos y Canadá, la efeméride se centra actualmente en torno a una especie de ritual meteorológico en el que se espera que este simpático roedor, tras su hibernación invernal, salga de su madriguera para comprobar cómo está el clima.
La tradición cuenta que si la marmota sale de su madriguera y no ve su sombra —por ser un día nublado— saldrá de su agujero y el invierno será corto. Por el contrario, si la marmota tiene a bien salir un dos de febrero soleado y comprueba su sombra, se mete de nuevo en la madriguera y el invierno se extenderá otras seis semanas.
Aunque, como es evidente, no es una ciencia exacta ni nada matemático, es una tradición muy arraigada en el noreste de Estados Unidos, habiéndose popularizado la fiesta en pueblos como el impronunciable Punxsutawney, en el estado de Pensilvania, donde desde 1887 llevan esperando el advenimiento marmotil, vestidos de trajes de época, para comprobar si la marmota va a predecir (como si fuera un Roberto Brasero o un Mario Picazo) un invierno más largo o más corto. Pero esta no ha sido siempre la atracción principal de la festividad, que tenía un componente mucho más gastronómico.
Muy conocida también por la película Groundhog Day (1993), que literalmente significa 'Día de la Marmota', pero que en España tradujimos por Atrapado en el tiempo y que tuvo a Bill Murray como protagonista, la realidad para estos roedores de gran tamaño no era tan halagüeña en el pasado, pues también eran el plato fuerte —y nunca mejor dicho— de este día.
Así lo contaba el historiador Christopher R. Davis a la revista Time, explicando que en la década de 1880 la marmota era el plato estrella de un restaurante en este pueblo, llamado Punxsutawney Elks Lodge, y que posteriormente crearían incluso un selecto club donde celebrabran el Día de la Marmota, dando rienda suelta a distintas 'delicias' con este roedor cuyo sabor, tal como relata Davis, sería un cruce entre pollo y cerdo.
Más adelante, cuando los gustos cambiaron y la fama de la Marmota Phil —la más famosa de Punxsutawney— fue en aumento, el Club de la Marmota cesó su actividad y dejó de cocinar roedores. Una costumbre que, aunque podamos pensar plenamente americana, no es tal, sino que fueron los alemanes que emigraron a Estados Unidos en el siglo XIX los que la llevaron a cuestas.
Hablamos de medir el cambio de estación con animales, no de comerlos, ¡ojo! En este sentido, en determinadas partes de Alemania se celebraba lo que se conoce como Candlemas o como Dachstag (el Día del Tejón) siguiendo el mismo patrón que con la marmota.
Si el tejón salía de la madriguera y veía su sombra, el invierno sería largo. Si no la veía, sería corto. Una tradición que se replicaba, en función de la zona, con otros animales que también hicieran cierta hibernación como los osos o los zorros. Por suerte para esta colección de peludos, los alemanes no se comían a ninguno de ellos.
Imágenes | Groundhog Club
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