Cuando empecé a vivir en pareja aprendí a reducir las cantidades de las recetas y a comprar solo lo necesario para dos personas, pero hay ocasiones en las que merece la pena cocinar raciones de más. Ya no suelo escatimar cuando se trata de asar pollo al horno, pues las sobras son estupendas y muy versátiles, como en estos crêpes de pollo asado, tomate y queso emmental.
Ahora que los tomates ya empiezan a tener buen sabor de verdad, no me canso de añadirlos a todas las comidas. En platos templados y fríos combina muy bien con la carne de ave, y un toque de queso sabroso como el emmental dejar bien jugoso el relleno de estos crêpes. Si os gustan más finos podéis ajustar el espesor de la masa añadiendo más leche o un poco de agua, y cocinándolos en una capa mucho más ligera a la hora de añadirla a la sartén.
Derretir la mantequilla y dejar enfriar un poco. Disponer la harina en u recipiente mediano, añadir la pizca de sal y el tomillo o romero y mezclar con unas varillas. Formar un hueco y añadir los huevos ligeramente batidos, la leche y la mantequilla. Mezclar todo bien hasta tener una masa líquida sin grumos.
Tapar con plástico film y dejar reposar unos 20 minutos en la nevera. Engrasar una buena sartén o plancha antiadherente con mantequilla o aceite y calentar. Añadir cucharones de masa, girando la sartén para extenderla bien y dejar los crêpes finos, o del grosor que más guste. Cocinar un par de minutos por cada lado a fuego medio. Retirar a un plato y repetir con el resto de masa.
Para formar los crêpes, repartir en la mitad de cada unidad unas rodajas finas de tomate, carne de pollo asado desmenuzado y queso emmental rallado. Salpimentar y añadir orégano y un poco de aceite de oliva virgen extra. Cerrar por la mitad y calentar un poco para que el queso se derrita ligeramente.
Con qué acompañar los crêpes de pollo asado
Los crêpes de pollo asado, tomate y queso emmental son perfectos para un almuerzo perezoso en casa de fin de semana, o para una cena sin complicaciones. Lo bueno es que apenas tenemos que cocinar nada, podemos reaprovechar sobras de otras comidas y la masa de los crêpes se puede dejar lista con antelación en la nevera.
Si sobran, lo mejor es guardarlos bien envueltos en plástico film y darles un golpe de calor justo antes de servir. Aunque a mí me gusta que se resequen un poco, lo confieso, era el capricho que compartía con mi hermano siendo niños con las sobras de crêpes que preparaba mi padre.
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