El cottage pie es un pastel de carne tremendamente popular en el Reino Unido, especialmente entre los más pequeños. Está compuesto por una base de carne picada de ternera, cocidas a fuego lento con verduras y caldo de carne, que se cubre de puré de patatas y se gratina al horno. Un plato económico, sencillo y que, por lo general, gusta a todo el mundo.
Existen variaciones del cottage pie, según la base que se elabore. Si se utiliza carne picada de cordero, muy utilizada en la cocina británica, este pastel pasa a denominarse shepherd's pie, mientras que si se utiliza pescado en vez de carne, se le denomina fisherman's pie. Este último, una manera fabulosa de preparar pescado para quienes no son muy amigos de los "peces".
Comenzamos preparando las verduras y, para ello, pelamos y picamos finamente el diente de ajo. A continuación, pelamos y picamos en trozos no demasiado pequeños la cebolla, las zanahorias y, en caso de utilizarlo, el apio. La receta tradicional lleva apio aunque yo no lo he utilizado pues tiene un sabor muy particular que no me gusta en exceso, pero esto es completamente opcional.
Calentamos un poco de aceite de oliva en una cacerola de base amplia y sofreímos la carne picada, lo suficiente para darle color. La retiramos y reservamos. Añadimos un poco más de aceite y pochamos el ajo, la cebolla, las zanahorias y el apio, a fuego muy suave durante, aproximadamente, unos 20 minutos.
Añadimos la harina, removemos hasta integrar. Entonces incorporamos la carne picada y sofrita, el concentrado de tomate, el caldo de carne, el vino tinto, la salsa Worcestershire y el tomillo. Aumentamos la potencia del fuego y, cuando alcance el punto de ebullición, la bajamos y dejamos reducir el conjunto, a fuego suave durante unos 45 minutos sin tapar.
Mientras tanto, preparamos el puré de patatas. Para ello, pelamos y cortamos las patatas en trozos de igual tamaño. Llenamos una cacerola con agua, agregamos una cucharadita de sal y la hoja de laurel y la llevamos a ebullición. Introducimos las patatas y cocemos hasta que estén tiernas, es decir, cuando pinchemos con un palillo y este penetre en la patata sin dificultad.
Retiramos la patata del agua de cocción, reservamos un vaso de esta última y desechamos el resto. Machacamos la patata con un prensa patatas o un tenedor, procurando que no queden restos de patata sin machacar. Si disponemos de un pasa-purés, mejor que mejor, pues este utensilio es perfecto para la tarea.
Limpiamos la cacerola con papel absorbente y calentamos en ella la mantequilla, la nata líquida y el queso rallado, hasta obtener una mezcla homogénea. Agregamos la patata machacada y removemos hasta integrar. Ajustamos el punto de espesor con el agua de cocción de la patata que tenemos reservado. Salpimentamos al gusto y removemos hasta que la mezcla esté bien cremosa.
Cubrimos la base de una fuente apta para horno con la mezcla de la carne picada, repartiéndola bien por toda la superficie y dejándola enfriar antes de cubrir con el puré de patatas. Horneamos a 220 ºC durante 20 minutos o hasta que la superficie adquiera un todo dorado. Podemos espolvorear la superficie con queso o pan rallado, si queremos darle un punto extra de sabor.
Con qué acompañar el cottage pie
Es recomendable dejar reposar el cottage pie durante unos minutos antes de llevarlo a la mesa y servirlo, para que se atempere ligeramente. Es un plato contundente que llena bastante, por lo que conforma un plato único que no necesita de nada más para completarlo.
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