El tomate es uno de los ingredientes más populares y preferidos en el mundo entero. Absoluto protagonista en las recetas crudas y en la cocina mediterránea. El fruto se puede utilizar con facilidad en diferentes platos: fresco en ensalada con pepino, para una cena liviana o cocido en una mermelada con albahaca para un resultado dulce y en almíbar para el desayuno y la merienda.
Su sabor dulce con toques ácidos combina de manera estupenda con prácticamente los ingredientes de nuestra despensa. A continuación, encontrarás todos los consejos que necesitas para congelar tomates y disfrutar durante todo el año.
Eso si, los tomates no van a salir igual de bonitos y frescos como cuando entraron, sino que saldrán suaves y acuosos del congelador. Resultarán perfectos para mezclar en crema de verduras o preparar salsa de tomate para un plato de pasta o lasaña. En general, el tomate congelado se puede utilizar en casi cualquier receta que requiera de tomates enlatados.
Es posible congelar todas las variedades y formas de tomate, desde los pequeños tomates cherry hasta los sabrosos Raf y aquellos que vienen en rama. Pero antes de congelarlos, como regla general, hay que asegurarse que los tomates estén completamente maduros para que tengan el mejor sabor.
La temporada del fruto comprende los meses de julio a septiembre, aunque hay algunas variedades más tempranas que comienzan a mediados de junio y otras más tardías que llegan al mes de octubre.
Hay varias formas de congelar los tomates, pero la más fácil es congelarlos enteros. Para ello, hay que lavar y secar las unidades. Y a continuación, introducir en una bolsa hermética y forzar la mayor cantidad de aire posible antes de acomodarlos en el congelador. De manera opcional, se pueden pelar los tomates para eliminar el tallo y el núcleo leñoso, si planean usar los tomates enteros en los próximos meses. Mismo fraccionar el tomate es posible, sea en trozos, grandes o pequeños. Esta técnica es inteligente cuando se tiene poco espacio en el congelador por ejemplo.
En estas condiciones se mantendrán hasta por seis meses. Pasado ese tiempo, puede pasar que los tomates comiencen a perder su sabor y consistencia. Existe una ventaja a este método además: luego de que los tomates se hayan descongelado en la nevera o en el microondas, la piel se quitará de inmediato.
Como ya mencionamos previamente, el estadio del frío, afecta la textura del tomate, pero para nada afecta su sabor vibrante y ácido. Ahora si, cuando la receta lo pida, tendrás tomate listo para usar y de múltiples maneras. Por ejemplo, se puede rallar para lograr una salsa de pasta o pizza instantánea o picar y agregar a sopas, guisos y platos de cuchara como berenjena en salsa de tomate al curry y coco o risotto hasta shakshuka.
Imagen | Foto 1: Josephine Baran, Foto 2: Cottonbro studio
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