Las gambas -al igual que los gambones, langostinos, etc. - son crustáceos llenos de posibilidades, que podemos preparar cómodamente en el horno, cocinar al ajillo en cazuela de barro o hacerlos cocidos, siendo todas ellas formas estupendas para disfrutarlos. Hoy quiero explicaros cómo hacer unas gambas a la plancha perfectas, y además contaros el truco para no manchar nada en el proceso, ni siquiera la propia plancha.
El objetivo es conseguir unas gambas bien cocinadas y doradas por fuera, y a la vez muy jugosas por dentro, de las que se pelan fácilmente para disfrute de todos los que tienen el placer de compartirlas en eventos y reuniones familiares o de amigos. Y pueden salir igual de bien con gambas congeladas sin descongelarlas antes.
Con el truco que os explicamos, ese placer será también para quien organiza la reunión, que no terminará rascando la plancha para quitar la capa de sal y líquido de la cocción de los crustáceos, ya que tendrá lista la plancha para el siguiente uso, incluso aunque sea un entrecot o chuletón, sin que tenga ningún olor a mar, de forma muy sencilla. Tampoco podemos dejar de mencionar una tapa mítica con este producto, las gambas a la gabardina.
Comenzamos recortando un papel de hornear, de la medida de la plancha en que vayamos a cocinar las gambas. Después haremos las gambas a la plancha sobre este papel, que deja pasar perfectamente el calor pero protege a la plancha de olores, líquidos y evita que se peguen los alimentos.
Sobre el papel, colocamos las gambas, todas alineadas y mirando en la misma dirección. Así, cuando les demos la vuelta a mitad de la cocción tendremos claro a las que ya hemos dado la vuelta, evitando que alguna se haga solo por un lado.
En la zona donde la cabeza y el cuerpo de la gamba se juntan, ponemos unos granillos de sal gruesa, como podéis ver en el collage de más abajo. Después, añadimos un chorrito o hilo de aceite de oliva virgen extra y dejamos que se cocinen, a fuego máximo, durante dos minutos.
Pasado ese tiempo, damos la vuelta a las gambas con unas pinzas, y dejamos que se cocinen por el otro lado otro minuto o dos minutos más, dependiendo del calibre y grosor de las gambas, sacándolas a una fuente y degustándolas inmediatamente. Sobre la plancha, quedará el papel de hornear manchado, que podemos arrugar y tirar, quedando la plancha limpia y lista para el siguiente uso.
Bra A401740 - Plancha Asar, Aluminio, Negro, 41 cm con las asas, Tamaño 30 cm
Con qué acompañar las gambas a la plancha perfectas
Para acompañar las gambas a la plancha perfectas que hoy os enseñamos a preparar sin manchar nada, os propongo una cerveza, o una copa de vino de Jerez muy frío, y, ya que estamos de aperitivo, podemos continuar con otro plato excelente como las almejas a la marinera, para completar el menú.
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