Rapidísimas y fáciles a más no poder, esta receta de galletas sin gluten gustará a todo el mundo que disfrute de una buena pasta de mantequilla como capricho ocasional. Recordando al sabor y textura de las shortbread, estas galletas caseras solo necesitan tres ingredientes y una media hora para satisfacer un antojo dulce, o para reponer la lata de galletas de la sobremesa.
Sus autores no engañan con las alabanzas a la fórmula básica, que hemos redondeado un poco más para no andar con medidas algo absurdas en su paso a gramos -poca gente tiene una balanza de tal precisión en casa-. Es fundamental contar con una buena mantequilla de verdadera calidad, de esa que da gusto untar en la tostada caliente y que nos traslada a pastos y lecherías; si además es salada nos ahorramos añadir este ingrediente.
Pero además se pueden personalizar al gusto de muchas formas diferentes para darles más sabor o variar la receta. Por ejemplo, con ralladura de limón, lima o naranja, con la clásica esencia de vainilla (media cucharadita será suficiente), usando sal en escamas, agregando frutos secos picados o chips de chocolate, con otras especias (canela, cardamomo, jengibre, anís...) o esencias de repostería, etc.
La receta da para una bandeja de horno con unidades que recomendamos hacer pequeñas, pues son bastante saciantes debido a la harina de almendra. Si las quieres más crujientes, aplástalas más y deja que se tuesten un pelín de más. No debería haber problema en duplicar cantidades.
Precalentar el horno a 170ºC con ventilador (o 175ºC con calor arriba y abajo) y preparar una bandeja con papel sulfurizado. Si no nos hemos acordado de sacar la mantequilla de la nevera, será suficiente con picarla en cubitos y dejarla brevemente en un plato dentro del horno mientras empieza a coger calor.
Cuando esté bien blanda -no fundida-, disponer en un recipiente hondo y batir con la almendra molida y el azúcar glasé, preferiblemente tamizado. Usar varillas, a ser posible eléctricas, hasta lograr una crema homogénea. Terminar de cremar con una cuchara o espátula.
Tomar pequeñas porciones algo más pequeñas que una nuez con una cucharadita y formar bolitas con las manos. Repartirlas, ligeramente separadas, en la bandeja. Aplastar con un tenedor pequeño ligeramente humedecido, formando discos gordos y dibujando un enrejado.
Hornearlas a media altura durante 8-10 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Dejar enfriar sobre la bandeja unos 5-10 minutos antes de llevar a una rejilla para que se enfríen por completo.
Con qué acompañar las galletas sin gluten
Debido a que son galletas elaboradas solo con harina de frutos secos, algo similar a las galletas de garbanzos, resultan mucho más saciantes que otros dulces con harinas de cereales, por lo que una o dos unidades serán más que suficientes para acompañar con algo dulce el café o el té de media tarde. La almendra también las hace más jugosas y no piden tanto ser zambullidas en ningún líquido, pero lo cierto es que también apetecen mucho a la hora de la merienda con un vaso de leche o de bebida vegetal. Machacadas serían una cobertura o base deliciosa para otros postres, por ejemplo tipo vasito con una crema de queso o de chocolate.
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