Fue la repostería estadounidense la que nos puso sobre aviso con las oportunidades que se abrían a costa de la zanahoria en la cocina dulce. Primero desembarcó la carrot cake y luego, como si no lo notásemos, este tipo de bizcochos, también cakes en esencia.
En esta ocasión además lo hacemos más fácil que nunca gracias a la colaboración de la Thermomix —o del robot de cocina que tengáis en casa—, aunque las instrucciones son para la primera, pero los formatos son muy parecidos.
La clave de cualquier bizcocho de zanahoria es que quede jugoso y que la zanahoria esté bien cocinada, dejando ese regusto dulce sin pasarse, y con la untuosidad que le da una pizca de harina y de huevos.
En este caso no utilizamos ninguna especia para aliñar más la receta, pero si utilizáis canela, cardamomo, jengibre e incluso cilantro, el resultado puede mejorar muchísimo, así que buscad el punto que más os convenza y probar.
Pelamos las zanahorias y las trituramos totalmente junto con el aceite en la Thermomix a velocidad 6 durante 30 segundos. Bajamos los restos de las paredes y volvemos a triturar a máxima potencia durante 30 segundos más y comprobamos si está todo triturado. Si lo está, reservamos.
En el vaso ponemos ahora los huevos y el azúcar, batiendo a velocidad 5 durante 30 segundos. Añadimos de nuevo la mezcla de zanahorias y aceite, y trituramos a velocidad 5 otros 30 segundos.
Agregamos la harina tamizada, la levadura y ponemos toda la mezcla a velocidad 6 hasta que esté integrada, que serán entre 30 y 60 segundos.
Cuando esté todo bien integrado, precalentamos el horno a 190 ºC y cuando este caliente, enmoldamos en un molde rectangular, untado con mantequilla en base y paredes y espolvoreado con harina —para que no se pegue— y lo cocemos 35 minutos a 180 ºC. Para comprobar que está listo pinchamos con un palillo. Si sale seco, está listo.
Sacamos, dejamos un breve reposo y listo para comer.
Con qué acompañar el bizcocho de zanahoria en Thermomix
Solo de pensar en este bizcocho se nos hace la boca agua, más aún si hacemos un buen café o un buen té para acompañarlo en la merienda o si lo queremos utilizar para desayunar. Otra opción perfecta es comerlo a media mañana, tanto para adultos como para niños.
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