En verano a nadie le apetece complicarse la vida en la cocina, por eso vienen bien las ideas de preparaciones rápidas y de temporada, con las que disfrutar sin acalorarse.
No hay mejor cena veraniega que un buen tartar de bonito del norte; un pescado que, a diferencia del atún rojo, se encuentra en verano en plena temporada.
El tartar de bonito nada tiene que envidiar al más famoso tartar de atún rojo, se puede seguir su misma receta y es una opción perfecta para una cena ligera, rápida y deliciosa.
El único secreto de esta receta reside en encontrar un bonito del norte de la mejor calidad, que debemos congelar previamente para evitar cualquier problema con el anisakis. Una vez descongelado, solo tenemos que cortarlo en dados a cuchillo –a mi me gustan que sean tirando a gruesos– y aderezarlo con un poco de aceite de oliva, salsa de soja, cebolla morada picada finamente, chile (si queréis un toque picante) y zumo de limón. Solo necesitas cinco minutos para preparlo.
Hablando de nutrición, este tartar de bonito es una elección de cena saludable y ligera. El bonito del norte es rico en proteínas de alta calidad y ácidos grasos omega-3, que son buenos para el corazón. Además, al no cocinar el pescado, todas sus propiedades se mantienen intactas. La salsa de soja le da ese toque umami y salado, pero sin añadir demasiadas calorías. En resumen, es una cena equilibrada y saciante, pero que no os dejará con sensación de pesadez.
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¿Buscáis variaciones para este plato? Se le pueden cambiar muchos ingredientes usando, por ejemplo, mostaza, que lo asimilará más al steak tartar clásico, o, por qué no, un poco de manzana fresca picada, que le dará un toque crujiente y dulce.
Para finalizar vuestra cena con estilo, ¿qué os parece maridar este tartar de bonito del norte con un vino blanco fresquito? Un txakoli, el vino blanco típico del País Vasco, sería la elección perfecta.
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