El bonito pueblo de la Alcarria entre cascadas que encandiló a Camilo José Cela y acoge un histórico balneario

Situado en la desembocadura del río Cifuentes al Tajo, este pueblo manchego ha conquistado a muchos viajeros a lo largo de su historia, como al escritor Camilo José Cela que lo retrató con palabras en su célebre 'Viaje a la Alcarria'. En la provincia de Guadalajara, y a menos de dos horas de Madrid, Trillo es una escapada perfecta o un alto en el camino para quien cruce la comarca, y un destino ideal para los amantes del turismo activo y la naturaleza.

Con algo más de 160 kilómetros cuadrados de extensión y situado a 757 metros de altitud sobre el nivel del mar, Trillo destaca por la perfecta conjunción de arquitectura y naturaleza, de la vida local y de su entorno abrazado por las aguas dulces. En cada rincón se respira el pasado de su historia, con numerosos monumentos y edificios que atestiguan la vida pasada del pueblo, como La Casa de los Molinos, el más antiguo de la localidad.

Iglesias, ermitas y los restos del Monasterio de Santa María de Óvila reflejan la importancia que tuvo la villa ya en tiempos medievales, pero quizá lo que más llame la atención al visitante primerizo es la cascada del Cifuentes que discurre entre calles y cae en forma de bella cola de caballo espumosa desde una altura de entre 15 y 20 metros de altura.

Más caídas de agua rodean al pueblo, aguas que pueden cruzarse por el emblemático puente de piedra cuyo origen se remonta, al menos, al siglo XVI, y también las aguas se aprovechan en el Real Balneario de Carlos III, hoy totalmente renovado y que ofrece a unos dos kilómetros del pueblo un retiro termal con hotel y restaurante.

El entorno natural de Trillo es otro de sus grandes atractivos, con un paisaje espectacular que ofrece actividades de todo tipo. Solo con pasear por sus rutas de senderismo ya puede cualquier viajero disfrutar de la singular naturaleza que rodea al pueblo, con enclaves como los meandros del Tajo, las peculiares Tetas de Viana -cerros gemelos- o el Barranco del Azadrón.

La oferta se completa durante todo el año con actividades de piragüismo, pesca, rutas ciclistas, motociclismo o baños naturales en temporada, sin olvidar las célebres fiestas patronales que se celebran cada año en el mes de septiembre.