A raíz del estado de alarma y la paralización de sus negocios, son muchos los cocineros que están compartiendo recetas y trucos en las redes. Es el caso de Teresa Gutiérrez, chef y propietaria del restaurante Azafrán de Villarrobledo, que ya antes del confinamiento había publicado algunas de sus elaboraciones favoritas.
A Gutiérrez, exconcursante de Top Chef y embajadora de la DOP Azafrán de La Mancha, le gusta tentarnos con recetas dulces muy tradicionales, y son tan sencillas que resulta difícil resistirse a ellas. Este bizcocho lo ha bautizado como "el más fácil del mundo", y lo cierto es que es de los más sencillos y ricos que hemos probado nunca.
Es un bizcocho de los de toda la viga, con sabor a repostería casera de antaño, de miga esponjosa y jugosa, y muy aromático. Confesamos que hemos doblado las cantidades para tener un señor bizcochón ya de buen tamaño, pero se pueden respetar las proporciones originales si se prefiere un ejemplar de molde más pequeño, para un capricho más puntual. Solo se me ocurre uno más fácil, y sería hacer la receta de bizcocho de naranja con Thermomix.
Además, siguiendo las recomendaciones de la chef, hemos hecho pequeñas variaciones de sabor a nuestro gusto. Es otra ventaja de esta sencillísima receta: partiendo de la fórmula básica se pueden preparar bizcochos de sabores diferentes. Al utilizar zumo de naranja hemos reducido el azúcar, pues ya aporta gran dulzor natural.
Teresa Gutiérrez indica emplear un molde de unos 25 cm de largo, aunque en casa nos gustan los bizcochos altitos y hemos usado ese tamaño doblando las cantidades. Si se hace la mitad de la receta, recomendaría emplear un molde más pequeño, de unos 20 cm de largo, aunque en realidad saldrá también rico sea el tamaño que sea, simplemente con otro volumen.
Precalentar el horno a 180ºC y forrar con papel sulfurizado un molde rectangular de tipo plum cake, de 25 cm de largo. Si es más grande, quedará más bajito, y viceversa.
Disponer en un recipiente los huevos con el agua o zumo (o mitad y mitad), la ralladura de la naranja y el aceite, y batir un poco con unas varillas. Añadir el resto de ingredientes y batir todo hasta que no haya grumos secos. Si se usa batidora (de vaso, minipimer o varillas) será más fácil y rápido.
Echar en el molde y dar unos golpecitos suaves contra la mesa para sacar a la superficie las burbujas de aire más gordas. Romperlas con un palillo, si no lo hicieran por sí mismas. añadir un par de cucharadas de azúcar por encima si se desea.
Hornear a media altura sobre una rejilla durante unos 40 minutos, o hasta que al pinchar el centro con un palillo este salga prácticamente limpio. Esperar un par de minutos fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.
Otras variantes del bizcocho
Recogemos las sugerencias de la chef para hacer bizcochos de sabores diferentes, y algunas ideas propias:
- Bizcocho de limón y tomillo. Sustituir el zumo de naranja por la mitad de agua y la mitad de zumo de limón. Añadir 1 cucharadita de tomillo seco y 2 cucharadas de azúcar.
- Bizcocho de vainilla. Sustituir el zumo por agua y añadir 5 ml de esencia de vainilla y 1 cucharada colmada de azúcar extra, o 1 sobre de azúcar vainillado.
- Bizcocho de chocolate. Sustituir 40 g de la harina por cacao en polvo y añadir unas onzas de cocolate negro picado por encima justo al sacar del horno para que se derrita.
- Bizcocho de frutos secos. Añadir a la masa un puñado de almendras, nueces, avellanas o pistachos (o mezcla de todo) picados; mezclar con la masa antes de llevar al molde o cubrir la parte superior una vez en él.
- Bizcocho de manzana. Añadir 1/2 manzana pelada cortada en cubos pequeños a la masa y la otra 1/2 laminada por encima.
- Bizcocho de café y canela. Sustituir la mitad del zumo por café frío (o descafeinado), la mitad de azúcar blanco por azúcar moreno, y añadir 1 cucharadita de canela molida.
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Con qué acompañar el bizcocho más fácil del mundo
Pocas recomendaciones hay que dar sobre cómo degustar un bizcocho de toda la vida como este. Es una delicia golosa en el desayuno o la merienda, también en la sobremesa después de una comida no muy copiosa. La miga esponjosa es perfecta para mojar en un vaso de leche o tomar acompañando nuestro café favorito, una infusión o un té, tanto caliente como frío. No necesita ni glaseados, ni siropes, ni nata, aunque algo de fruta fresca le iría de maravilla.
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