¿Habéis probado alguna vez un beignet? Estos dulces cuadrados de masa frita cubiertos de azúcar glas son un elemento básico de la cultura gastronómica de Nueva Orleans, y los turistas hacen el viaje al famoso Café du Monde sólo para tomar beignets y café, templo donde se dice hacen los mejores beignets del mundo.
Como en DAP sabemos que Nueva Orleans no está a la vuelta de la esquina, y no es sencillo ir a probarlos, os compartimos esta receta de hoy para que podías recrear algo parecido en casa y disfrutar de los beignets cuando os apetezca.
Pero, ¿cuál es la historia de esta especie de deliciosas "almohadillas fritas" con azúcar? El beignet apareció por primera vez en Nueva Orleans en el siglo XVIII, cuando los colonos franco-criollos se asentaron en la zona. También conocidos como acadios franceses, se trasladaron a las tierras de los pantanos de Luisiana después de que los británicos les obligaran a abandonar sus hogares en la zona de Nueva Escocia.
Años más tarde, en 1862, el emblemático restaurante de Nueva Orleans, Café du Monde, abrió sus puertas y vendieron los primeros beignets originales. A día de hoy, el Café du Monde vende beignets las 24 horas del día, todos los días de la semana, y es lo único que sirve el negocio, aparte de su famoso café con achicoria y chocolate caliente.
Además del Café du Monde, otros negocios de Nueva Orleans venden este pastelito, a menudo con un toque diferente. La ciudad también celebra cada año un festival del beignet en octubre. Sin embargo es el Mardi Gras, nombre del carnaval que se celebra en Nueva Orleans, la época por excelencia para degustar estos dulces fritos tan tremendamente irresistibles.
Comenzaremos por la masa. En un bol grande mezclamos 300 gramos de la harina, la sal y dos cucharadas de azúcar.
Por otra parte, en un bol más pequeño ponemos el resto de la harina, la leche templada a 37 grados, con cuidado de no pasarse de esa temperatura o inactivaremos la levadura, el azúcar restante y la levadura de panadero seca. Y dejamos reposar hasta que espume, como unos cinco minutos.
Para hacer la masa, batimos el huevo en la mezcla de leche y levadura espumosa, y añadimos la mezcla al bol grande donde vamos a amasar. Mezclamos hasta obtener una masa húmeda con trocitos secos.
Una vez que veamos la masa de este modo, añadimos la mantequilla derretida, pero no caliente. Y comenzamos a amasar en la encimera hasta conseguir una masa brillante y elástica. Nos llevará 10 minutos más o menos. Podemos acelerar el proceso sí contamos con un robot amasador.
La masa debe de estar pegajosa al tacto, pero no imposible de manejar. No añadir más harina, aunque al principio nos cueste manipularala, con el amasado irá cambiando su textura. Podemos usar el amasado francés o de Bertinet para facilitar este proceso.
Seguidamente le damos forma de bola a la masa y la colocamos en un cuenco ligeramente engrasado. La tapamos con plástico y dejamos que suba hasta que doble su tamaño, de una a dos horas dependiendo de la temperatura del ambiente.
Llenamos una olla o sartén honda grande con unos centímetros de aceite vegetal. Colocamos una rejilla para enfriar sobre una bandeja para hornear junto a la olla con aceite. Tamizamos también azúcar glas en un bol mediano y lo colocamos junto a la rejilla y la bandeja.
Una vez que la masa haya subido, la pasamos a una superficie enharinada y la extendemos con un rodillo hasta darle forma rectángular, de unos 25 por 35 centímetros. Cortamos con un cuchillo o un cortapizzas la masa en 16 rectángulos y los cubrimos con un paño de cocina enharinado para que reposen durante 10 minutos.
Calentamos el aceite de freír a 170 grados centígrados. Freímos los beignets en tandas hasta que estén dorados, aproximadamente de un minuto y medio a dos por cada lado. Utilizamos las pinzas para sacar los beignets del aceite de freír y los colocamos en la rejilla de hornear.
Dejamos escurrir parte de la grasa durante un minuto antes de cubrirlos con azúcar en polvo. Los beignets deben cubrirse con azúcar cuando aún estén calientes, pero no recién sacados de la freidora chorreando aceite. Echamos los beignets escurridos en el bol con el azúcar glas. los giramos para cubrirlos y repetimos la operación con los beignets restantes.
NOLA. La cocina de Nueva Orleans: 8 (Cocina de autor)
Con qué acompañar los beignets
Los beignet de Nueva Orleans debemos de servirlos calientes, con otra generosa capa de azúcar glas y café caliente aparte. Una delicia.
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