Los amantes de las plantas, plántulas y planteles lo saben: febrero es un mes de gran actividad en lo que a siembra se refiere, si se quiere llegar a tiempo para que la primavera nos regale frutas y verduras de temporada cultivadas en macetas y huertos urbanos de terrazas y jardines, en la mayoría de los casos.
El calendario del huerto de febrero manda sembrar guisantes, que deben llenar nuestros platos allá por el mes de abril, pero la lista va mucho más allá y es realmente extensa. Asimismo, en función de la zona climática en la que se encuentre el huerto, se podrán seguir produciendo otras verduras más de invierno, como la escarola, la lombarda, el repollo o la espinaca.
Así, este mes que arranca es clave para plantar las primeras hortalizas de primavera, las que estarán en nuestros platos en dos o tres meses, todas ellas en siembra directa (hace demasiado frío aún para poner plantones).
Si se tiene que elegir cuáles priorizar, hay una selección de siete hortalizas que es de lo indispensable para tener un vergel en lugar de un huerto, y poder alardear de cosecha enseguida que suban las temperaturas.
Espinacas
Resistentes al frío, las espinacas son unas plantas que se abrazan a las temperaturas que (supuestamente) tiene el mes de enero. Las espinacas, además, son perfectas para una dieta equilibrada y llena de vitaminas.
Rabanitos
Estupendos para añadir en las ensaladas y llenos de vitaminas, los rabanitos son un cultivo de lo más sencillo que agradee su siembra en medio del clima invernal. Crecen muy bien en tierra, pero también en macetas y jardineras.
Chirivías
Este indispensable de cualquier caldo tiene en estas fechas su lanzamiento inicial: una siembra de chirivías con la correspondiente separación de las semillas proporcionará una cosecha de lo más satisfactoria.
Guisantes
Con gran valor gastronómico, los guisantes tienen en febrero un pistoletazo de salida que termina en plena primavera. Su dulzura y abundancia dependerá de la correcta siembra en febrero.
Coles de Bruselas
Pequeñas, pero sabrosas, las coles de Bruselas, aunque típicas de las navidades en los países anglosajones, empiezan temporada en febrero en estadio de semilla. Poco a poco despertarán y regalarán, en primavera, sus frutos llenos de vitaminas y nutrientes.
Nabos
Base de los caldos más básicos e ingrediente de otro montón de platos (como ensaldas y cremas), el nabo tiene su línea de salida en febrero para convertirse en mayor de edad en primavera, agasajando a los hortelanos con sus grandes propiedades.
Lechuga
Esta frágil pero a la vez resistente hortaliza empieza a sentirse a gusto con la subida de las temperaturas (cuando ya no hay heladas), de modo que el mes de febrero es ideal para insertar semillas de lechuga en la tierra (con la correcta separación) a la espera de que crezcan en abundancia.
Trabajo a seis meses vista
Aparte de pensar en la cosecha primaveral, el mes de febrero también es un buen momento para diseñar y preparar lo que se sembrará de cara al verano, esencialmente tomates, pimientos y berenjenas.
En estas jornadas se pueden iniciar, siempre en interior, semilleros de pepitas de estas hortalizas de la especie que queramos, pudiendo usarse las de años anteriores, para que crezcan en invernadero o, directamente, dentro del hogar.
Fotos | Freepik y Imagen de cookie_studio/Freepik
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