48 horas en Singapur: la ciudad-Estado en la que se juntan tres de las grandes culturas gastronómicas de Asia

48 horas en Singapur: la ciudad-Estado en la que se juntan tres de las grandes culturas gastronómicas de Asia
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¿Sabías que Singapur fue colonia británica hasta el siglo XVIII? ¿Que es el tercer centro financiero del mundo? ¿Que tiene cuatro lenguas oficiales? O que a parte de tener una comida callejera deliciosa también tiene 49 restaurantes con estrella Michelín en tan solo 728km2. Pues así es.

El sudeste asiático va suscitando más y más interés pero la mayoría de los visitantes se concentran en China, Malasia o Tailandia, dejando de lado un montón de países súper interesantes como por ejemplo Singapur. Y ¡ojo!, yo soy la primera culpable, si soy sincera, antes de ir a este país me costaba situarlo en el mapa, no sabía decir qué idioma se hablaba, cómo era su arquitectura y mucho menos su gastronomía. Pero después de visitarlo puedo decir que esta pequeña ciudad-estado sorprende y mucho.

Así que si para ti, igual que para mi, este país te es ajeno y quieres saber algo más de él, o si ya le tienes echado el ojo y quieres conocer los pequeños detalles y planes que no te puedes perder en él (y sobre todo dónde y qué cosas tienes que comer), te voy a proponer una ruta ideal para que puedas descubrir el país del león en 48 horas.

Cómo llegar a Singapur

Pero antes de nada, tenemos que saber cómo llegar. Se necesitan unas cuántas horas de vuelo para llegar a Singapur, por lo tanto es un destino perfecto para usarlo de enlace o parada si estás conociendo otras zonas del sudeste asiático. Está bastante bien comunicado con el resto de países vecinos como Malasia, Indonesia, Filipinas o Tailandia y su aeropuerto, que por cierto es inmenso, tiene montones de vuelos y la cascada indoor más grande del mundo.

Cascada
La cascada indoor de Jewel en el aeropuerto de Singapur.

Yo volé con Singapore Airlines, (en la que es hasta el momento la mejor experiencia de vuelo que he tenido). El vuelo con la compañía nacional singapurense sale de Barcelona y quizás es la forma más cómoda y rápida de llegar al país desde España porque aunque no es un vuelo directo al uso porque hace una parada en Milán de una hora aproximadamente, es el vuelo más corto que hay hasta el país. Y además, en esa parada muchas veces no tienes que bajarte siquiera del avión.

Y como plus, el servicio y la gastronomía a bordo es muy recomendable. Las comidas de los aviones no suelen ser memorables, al menos en el buen sentido, y en este caso aún hoy, cuatro meses después de mi viaje, tengo grabado en la memoria unos palitos de pollo, que en el menú del avión llamaban Singapore chicken stay, porque estaban francamente buenos.

Satay
Uno de los entrantes del menú del vuelo de Singapore Airlines.

Más allá de eso, como decía antes, la atención de la tripulación de cabina es excelente amén de las instalaciones del avión: los baños, los asientos, el kit de vuelo etc. Sinceramente es el mejor vuelo que he tenido.

Como anécdota os diré que el vuelo de vuelta coincidió con el día de mi cumpleaños y toda la tripulación de cabina me rodeó para cantarme el cumpleaños feliz, eso sí, bastante bajito para no molestar al resto de los pasajeros. Desde luego, uno de los recuerdos más graciosos del viaje.

Día 1: Marina Bay, China Town y Gardens by the Bay

Una vez descifrado cómo puedes llegar a Singapur llega el momento de organizar el primer día de turismo.

Según pones el primer pie en el país lo primero que notas es la humedad. Singapur está situado muy cerca del ecuador, de modo que la temperatura es cálida durante todo el año y como tantos otros países tropicales solo tiene dos estaciones: la húmeda y la seca, pero no te dejes engañar por el nombre porque humedad va a haber siempre, así que la sensación térmica es de que hace más calor del que marcan los termómetros.

La recomendación que me hicieron a mi y que yo os traslado es llevar ropa suelta y transpirable para evitar que se te vaya pegando la camiseta cuando estés empapado de sudor o humedad. Aún así, yo soy de Ávila y he de decir que tampoco fue algo incómodo.

Una buena forma de arrancar nuestro viaje por la ciudad es acercarnos a la zona de Marina Bay que es quizás la más representativa de la ciudad, o al menos la más fotografiada. Dar un paseo a los pies del río es toda una delicia. Y en las zonas cercanas puedes ver edificios importantes como el ayuntamiento, la Galería Nacional de Singapur, el Auditorio Victoria Concert Hall y la estatua de Sir Thomas Stamford Raffles. Todos ellos son edificios relativamente modernos así que desde ya la ciudad nos está hablando de su historia.

Teatro
Teatro y Auditorio Victoria, y estatua de Sir Thomas Stamford Raffles.

Un poco de historia

Los orígenes de Singapur se remontan al siglo XIV, momento en el que recibió por primera vez el nombre de Singapora que quiere decir ciudad de leones, sin embargo de aquella época queda bastante poco. Casi todo lo que se mantiene es posterior a 1819, que es cuando se considera que se fundó la Singapur moderna, en ese año el señor Raffles (el de la estatua) que era un caballero de la corona británica compró la isla convirtiéndola así en una colonia inglesa. A él se le atribuye mucho del mérito de lo que es a día de hoy Singapur porque fue quién decidió crear un puerto comercial para el intercambio de mercancías entre China y Reino Unido, convirtiendo así a la ciudad en un punto clave en el comercio marítimo.

Con estas pequeñas pinceladas de la historia de la ciudad ya vamos a entender varias cosas, como por ejemplo que el inglés sea una de las cuatro lenguas oficiales del país, que el cricket sea uno de los deportes más populares, que mucha de la arquitectura anterior desapareciera, o por qué Singapur es uno de los países más influyentes y ricos del sudeste asiático.

Helado Durian
Helado de durian al corte en puesto ambulante.

Un paseo por Merlion Park

Desde la zona del Victoria Concert Hall, que por cierto está en la orilla del Río Singapur, podemos cruzar por el puente Anderson para encaminarnos hacia el Merlion Park. Cuando yo estuve por allí, había varios vendedores ambulantes con helados al corte, os recomiendo que lo probéis porque es algo bastante característico de la ciudad. En lugar de servirlo en las típicas galletas para hacer una especie de sándwich de helado, lo sirven con pan de molde. En cuanto a sabores tienen de muchos tipos, pero si eres atrevido puedes probar el helado de durian.

El durian es uno de los alimentos que peor huelen del mundo, y no, no es broma. Es un fruto bastante grande y, si no lo has olido antes, no puedes imaginarte el olor porque es muy característico. A modo de curiosidad, es interesante saber que su olor es tan potente que hay muchos restaurantes y sitios públicos como el metro donde está prohibido meterlo.

Durian
Cartel en la puerta de un establecimiento de Singapur prohibiendo llevar durian.

La siguiente parada de nuestro tour es el Merlion Park que es donde está la estatua de la mascota oficial del país. El Merlion es una mezcla entre León, por aquello de que Singapur significa ciudad de leones, y pez por la unión tan fuerte que tiene con el mar al ser una isla y uno de los puertos más importantes del mundo.

Además, desde este parque tenemos una vista privilegiada de la Marina Bay, la bahía más famosa de la ciudad. Desde aquí podemos ver el hotel Marina Bay Sands, uno de los edificios más emblemáticos y fotografiados de la ciudad que consta de tres torres gemelas encima de las cuales hay un barco, (por cierto cuando yo fui estaban comenzando las obras para arrancar una cuarta torre), el Museo de Arte que tiene una forma preciosa y la tienda de Apple que es la única del mundo que está flotando encima del mar.

Esta panorámica es muy bonita de ver de día pero también es recomendable para la noche. Una vez nos hemos tirado las fotos pertinentes podemos ir dando un paseo atravesando el centro financiero de la ciudad y así ver los grandísimos rascacielos desde abajo hasta llegar al barrio de Chinatown.

Merlion
Vistas desde el Merlion Park.

Un país multicultural

Antes decíamos que Singapur es un país muy multicultural. En él predominan sobre todo cuatro culturas: chinos, indios, malayos e ingleses. Por ello su gastronomía es especialmente valiosa, pues conviven las cocinas del sudeste asiático, China e India, tres de las grandes culturas gastronómicas de Asia.

Pero, aunque Singapur es una ciudad muy cosmopolita, los ciudadanos de origen o ascendencia china superan el 70% de la población. Son, sobre todo, emigrantes de la zona sur de China, y, como es lógico, al llegar a Singapur trajeron con ellos sus costumbres, su religión y también su gastronomía.

Templo
Buddha Tooth Relic Temple and Museum.

Y precisamente Chinatown es el centro de la comunidad china en la ciudad. Por allí nos podemos encontrar algunos templos budistas como por ejemplo el Thian Hock Keng Temple o el Buddha Tooth Relic Temple and Museum que está justo enfrente de el ChinaTown Street Market que a mi me resultó muy curioso de visitar, pero lo ideal es dedicar un rato a conocer sus calles.

Como ya se nos habrá hecho la hora de comer os recomiendo que os paséis por Lau Pasat (o viejo mercado) que es uno de los hawkers o centros de comida callejera más famosos de la ciudad. Dentro de este recinto podemos encontrar todo tipo de puestos con todo tipo de comidas: desde la china como es lógico, a la india, o puestos en las que se mezclan ambas.

Te
Una empleada de Nanyang Old Coffee preparando Teh y Kopi.

Y si queremos retomar fuerzas antes de seguir nuestra ruta podemos acercarnos a Nanyang Old Coffee que es un puesto de Kopi que es el nombre que recibe el café tradicional en Singapur. No destaca por ser uno de los mejores cafés que he probado en mi vida, en mi opinión está bastante aguado y nada tiene que ver con el tradicional espresso italiano, pero es muy curioso ver cómo lo preparan y las distintas de modalidades que puedes pedir allí.

Ya con las pilas cargadas pondría rumbo al otro lado de la bahía que hemos visto desde el Merlion Park. Si vamos bien de tiempo quizás es el momento para subir a la azotea del Marina Bay Sands donde las vistas son privilegiadas, porque podemos ver toda la bahía del Merlion Park y al otro lado Gardens By The Bay desde arriba. Eso sí, sabed que subir tiene un coste de 18 dólares, así que dependiendo del tiempo y el presupuesto que tengamos esto podría ser prescindible sobre todo si solo tenéis 48 horas para conocer la ciudad.

Marina Bay
Las vistas desde la azotea del Marina Bay Sands

Gardens by the Bay

Pero lo que no os podéis perder por nada del mundo es Gardens By The Bay. Es una de las atracciones turísticas más importantes de Singapur. Consiste en un parque de libre acceso construido en base a 16 super tree o súper árboles de más de 20 metros de altura. La ambientación de estos árboles, que en realidad son estructuras metálicas cubiertas de plantas trepadoras, es Avatar, y hace que el lugar sea bastante futurista y llamativo.

Garden
Gardens by the bay desde lo alto de un super tree.

Además, en el mismo parque hay dos invernaderos con diferentes especies de plantas para que la gente de Singapur pueda conocer vegetación de otras partes del mundo con otros climas.

Lo más interesante de esta visita, además de subir a alguno de los super tree si tenéis la oportunidad, es ver el espectáculo de luces y música que hay al atardecer. Cuando yo fui había uno a las 19:45 y a las 20:45. ¡No os lo podéis perder!

Chili Crab
Chilly Crab de Keng Eng Kee Seafood.

¡A probar el Chilly Crab!

Y ya va siendo hora de acabar el día, así que nos quedaría buscar un sitio para cenar. Podéis buscar un sitio por la zona porque como digo la gastronomía de Singapur es en general muy recomendable, pero yo ese día cogí un coche para irme a la otra punta de la ciudad a un restaurante llamado Keng Eng Kee Seafood, una marisquería bastante peculiar, con aire un poco callejero pero dónde toda la comida estaba buenísima. Yo fui hasta allí porque nos habían recomendado el Chilly Crab que hacían allí. Este plato que es a base de cangrejo picante es uno de los platos típicos del país y sinceramente valió la pena desplazarnos hasta allí.

Si por el contrario, preferís quedaros por el centro, os recomiendo que os acerquéis al Hotel Raffles que debe su nombre en honor al fundador de la Singapur Moderna. Allí podéis probar su mítico cóctel: el Singapur Sling. Se trata de una bebida basada en el cóctel americano Sling y hecho a base de ginebra, licor de cereza y Cointreau. Aunque el cóctel era algo caro, como todas las bebidas alcohólicas en la ciudad, el bar del hotel era de lo más pintoresco.

Singapore Sling
Singapur Sling en el bar del Hotel Raffles.

Mientras que en las calles de Singapur no te encontrarás nada por el suelo, de hecho me atrevería a decir que es una de las ciudades más limpias en las que he estado, el suelo de este bar está lleno de cáscaras de cacahuetes. La tradición marca que mientras pasas el rato, charlando con tus amigos y bebiendo cócteles hay que ir comiendo cacahuetes y tirando los restos al suelo.

Little India
Puesto de flores en Little India.

Día 2: Little India, mezquita Masjid Sultan

El segundo día vamos a conocer otra de las culturas que protagoniza el mapa cultural de Singapur y para ello nos acercamos a Little India. Este barrio es uno de los que conserva más rasgos de la comunidad que lo formó, de modo que lo más habitual es ver tanto a hombres como mujeres vistiendo los trajes típicos del país como el sari.

Para conocer Little India lo mejor es dejarse perder por sus calles y ver sus puestos de flores, de frutas o sus tiendas de joyas. ¡Sí, montones de tiendas de joyas de oro! Y es que regalar y comprar collares, pendientes o elementos decorativos de oro es una costumbre muy arraigada en la tradición india, no en balde son el segundo mayor consumidor mundial de oro, por detrás de China.

Oro
Escaparate de una de las tiendas de joyas en Little India.

Aunque no solo los indios vivieron en el barrio de Little India y prueba de ello es Tan Teng Niah, una típica casa china que pone de manifiesto una vez más la pluriculturalidad de los singapurenses, y que dicho sea de paso es un sitio perfecto para echarnos una foto. Eso sí, a modo de curiosidad, es interesante saber que al parecer los colores tan característicos del edificio no son los originales sino que se los incorporaron en 1980 cuando hicieron la restauración para que fuera más llamativa y fotografiable.

Y si te gustó el ambiente del mercado de Lau Pasat del primer día, en Little India hay también otro mercado similar al de ChinaTown llamado Tekka Centre con la diferencia de que en la planta superior de éste encontramos una amplísima variedad de puestos de ropa india que te harán teletransportarte al país, y que puede ser un buen recuerdo de tu paso por la ciudad del león.

Tekka
Tekka Centre.

El siguiente paso del día es visitar la zona de la mezquita Masjid Sultan, una muestra más de que es una ciudad en la que en un solo paseo puedes encontrarte una catedral católica, un templo budista, uno hinduista y una mezquita.

Mezquita
Mezquita Masjid Sultan.

Además, muy cerca de allí hay una calle bastante popular por sus graffitis, llamada Haji Lane. En general a mi me gustó mucho esta zona de la ciudad, por el colorido de las pequeñas casas con el contraste con los grandes rascacielos que asoman por todas partes.

Grafitti
Los graffitis de Haji Lane.

Probando la comida malaya

Si se te ha hecho la hora de comer estando por allí, hay un sitio que se llama Zam zam, que es uno de los restaurantes más antiguos de Singapur en el que se mezclan dos tipos de comida: la malaya, y la india. Es decir, es el sitio perfecto para completar nuestra cata gastronómica por la ciudad.

El plato estrella de este restaurante es el Murtabak que es una masa rellena de una gran variedad de ingredientes y que en este restaurante puedes ver cómo lo preparan. Yo probé la de cordero, la de atún y la de pollo y todas me gustaron muchísimo, aunque si me tengo que quedar con una sería con la de cordero.

@directopaladar Quédate hasta el final para saber nuestro fav #probandoproductos #singapur #probandocomida #foodtiktok #foodie ♬ sonido original - DAP

Hasta la próxima, Singapur

Con la tripa llena y con casi el viaje finalizando, podemos acabar la tarde dando un paseíto por la zona del Singapore Flyer, que es una noria gigante que se ve desde varios puntos de la ciudad. Está situada en un jardín dónde también se encuentran los Teatros de la Bahía y donde podemos echar la última visual a la ciudad antes de despedirnos.

Singapur De cerca 2 (Guías De cerca Lonely Planet)

Obviamente esto es solo un pequeño aperitivo de lo que tiene que ofrecernos la ciudad, pero con este tour te puedes llevar una idea bastante generalizada de la ciudad, la gastronomía y sus gentes. Volveremos.

Skyline
Vista de la bahía desde el Marina Bay Sands.

Imágenes | Ángela Blanco
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